Lamentablemente para muchos su obra es desconocida, sobre todo entre los más jóvenes. Algunos asociarán su nombre a conceptos como «sociedad civil» —formada por el conjunto de los organismos entendidos como privados— o «sociedad política o estado» —correspondiente a la función de hegemonía que el grupo dominante ejerce en toda la sociedad. Otros mencionarán términos como «consenso», «aparato de coerción estatal», «intelectuales orgánicos», etc.
Solo los más estudiosos del marxismo, podrán argumentar por qué el italiano Antonio Gramsci ha devenido en uno de los representantes más importantes del pensamiento teórico—social del siglo XX. En la actualidad, su obra profunda y compleja constituye un bagaje esencial para aquellos que asumen posturas y posicionamientos socialistas y revolucionarios.
Este teórico y político marxista, nació en 1981 en la ciudad de Cerdeña, Italia. Viaja a Turín a continuar sus estudios en 1911, allí comienza a militar en el Partido Socialista Italiano, y en 1921 junto a otros compañeros sale de sus filas para fundar el Partido Comunista de Italia. Por sus actividades revolucionarias es perseguido y juzgado por un tribunal fascista en 1926, bajo la dictadura de Mussolini. Es condenado injustamente a 20 años de cárcel, y muere en prisión en 1937.
La época en que le tocó vivir influyó decisivamente en su obra. Las tres últimas décadas del siglo XX habían sido el escenario de tránsito de un capitalismo industrial de libre concurrencia a un capitalismo financiero monopólico. La Revolución bolchevique en 1917 había superado al viejo y explotador sistema social, con uno más justo, equitativo y revolucionario: el socialismo. Las ideas marxistas, leninistas, socialistas, estaban en su apogeo. Por otro lado, el fascismo reinante en Italia le mostraba a Gramsci contra qué tipo de poderes había que luchar.
La mayor parte de su obra, la escribió en prisión. Conocidos como Cuadernos de la cárcel, son 33 volúmenes, en total 2848 páginas escritas a mano, que constituyen la esencia de su legado teórico.
Su obra, a casi cien años de haber sido concebida, resulta iconoclasta y alejada de los cánones tradicionales del marxismo leninismo. Quizás por eso fue difundida superficialmente, sobretodo en varios de los países socialistas europeos en los que solo se le menciona simbólicamente. Sin embargo, en América Latina y en algunos países de la Europa occidental su obra fue esencial para el enfrentamiento a la cultura burguesa.
Como bien se argumenta, la obra de Gramsci no sirve únicamente para hacer la Revolución sino para continuarla: «Si las relaciones entre los intelectuales y pueblo—nación, entre dirigentes y dirigidos, entre gobernantes y gobernados, son dadas por una adhesión orgánica en la cual el sentimiento—pasión deviene comprensión y, por lo tanto, saber (no de forma mecánica sino de manera viviente), sólo entonces la relación es de representación y se produce intercambio de elementos individuales entre gobernantes y gobernados, entre dirigentes y dirigidos; solo entonces se realiza la vida de conjunto, la única que es fuerza social».
El marxista italiano profundizó en los factores culturales de la estructuración y desestructuración del poder, y logró identificar esa interrelación orgánica entre lo económico, lo político y lo cultural. Coincido también en que uno de sus mayores aportes está en su concepto de hegemonía cultural, que tanto desarrolló.
Pero atención: leer a Gramsci de forma fragmentada, inconclusa, o hacerlo desde inadecuados referentes teóricos puede suponer un error que impida analizar y valorar la profundidad de su obra.
Por eso, el volumen Antonio Gramsci: Textos escogidos constituye una excelente herramienta para quienes deseen acercarse a su obra. La editorial Ocean Sur pone a disposición de sus lectores, un texto seleccionado y prologado por el destacado intelectual cubano Jorge Luis Acanda González, Doctor en Ciencias Filosóficas en la Universidad de Leipzig, Alemania, quién tiene publicados más de 30 ensayos sobre la historia y las teorías marxistas, la sociedad civil, la política y el pensamiento social revolucionario.
En palabras de Acanda: «Al igual que ocurre con la obra de Marx y de Lenin, no podemos considerar los textos de Gramcsi como elaboraciones completamente terminadas, que simplemente deben “aplicarse” a una situación existente. Esos textos no son para ser leídos de acuerdo a algún método exegético que nos permitiría extraer de la superficie del texto un significado último, ya acabado y definitivo. Todo pensamiento es el resultado de la interacción entre el pensador y su mundo. Es el resultado del diálogo, consciente o no, de esa persona con su tiempo».
Sin duda, la obra gramsciana es un texto de combate que ha de ser utilizado para el combate, sobre todo si somos partidarios de luchar de forma incansable contra los dogmas y defendemos un marxismo creativo, que rompa esquemas, y que transforme el mundo hacia una sociedad mejor.
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