Fernando Martínez Heredia siempre permanecerá entre nosotros como un compañero intachable, modelo de intelectual revolucionario y creador excepcional en el campo de la teoría marxista.
Tuve la oportunidad de ser su alumno en las clases de Pensamiento marxista que impartía en los cursos para Instructores graduados del Departamento de Filosofía en la Universidad de La Habana a finales de los años sesenta.
La influencia que ejerció en mi forma de pensar me aproximó a los estudios marxistas y se enriqueció de manera notable, por mi colaboración en la revista Pensamiento Crítico.
Recién egresado del curso de Instructores graduados, me invitó a colaborar en la revista y aquello representó para mí una cátedra de conocimiento que me puso en contacto con lo más avanzado de la producción teórica marxista, de esos tiempos en el mundo.
Desde una óptica revolucionaria, en jornadas nocturnas que se extenderían hasta las madrugadas en ocasiones, debatimos sobre las revoluciones del siglo XX, la Filosofía marxista, la revolución en América Latina y el tercer mundo, la conveniencia de estudiar a fondo la historia política y económica de Estados Unidos, etc.
Cuando se clausura la revista, con el número 53 en circulación, y se disuelve el Departamento de Filosofía, continuó nuestra amistad, así como nuestros debates en el terreno de la filosofía, la política, los complejos escenarios a nivel nacional e internacional; siempre con un optimismo vital. Él como maestro y yo como discípulo que, modestia aparte, se sentía obligado éticamente a intercambiar y proteger espiritualmente a su maestro.
La vía telefónica era un medio muy común que empleábamos para intercambiar impresiones, en particular los fines de semana. No era raro sostener conversaciones de más de una hora sobre lo que considerábamos lo más importante en la historia del marxismo, la Revolución del 30, las experiencias del bolchevismo y sus novedosos enfoques sobre las experiencias de la Revolución Cubana.
Fue a Nicaragua a cumplir su misión internacionalista, en la despedida me pidió que custodiara sus documentos más valiosos, lo que cumplí como hermano, amigo y discípulo.
Hago este preámbulo para introducir, en breve síntesis, cómo pude captar su visión del marxismo, que se reflejó en el programa Historia del pensamiento marxista, publicado en la Impresora universitaria «André Vosin», en el año 1969 con las siglas F-5536 y que fue impartido por el Departamento de Filosofía de la Universidad de La Habana, perfeccionado un año después y que estuvo vigente hasta la disolución institucional del Departamento a principio de los años setenta.
Aquí se plasma la concepción de una enseñanza creadora multidisciplinaria y abierta a los cambios y transformaciones del pensamiento marxista, que se extiende hasta el presente.
El aspecto inicial corresponde a la comprensión del pensamiento de Carlos Marx. Se señala la necesidad de conocer las características sociales de la aparición del marxismo, y de manera interesante, se asocia a la necesidad de acceder a la historia de la filosofía en Europa, las ideologías predominantes y el contexto de la época.
La evolución de la obra de Marx transita desde su juventud, los orígenes de su visión del mundo y, su exposición acerca del antropologismo, enajenación, misión histórica del proletariado, la crítica a la filosofía especulativa y su valoración de Hegel.
El concepto de formación económico-social es objeto de estudio en tanto supera el concepto de sociedad civil de la filosofía burguesa anterior al surgimiento de la obra de Marx y Engels, y que en nuestros tiempos, merece atención especial, conjuntamente con las tesis sobre la revolución proletaria, la lucha de clases, sus orígenes e interpretaciones.
Aspectos centrales son examinados como formas históricas de sociedades y clases sociales. Temas como teoría de estado y el derecho, conciencia de clase, partido y revolución proletaria, están presentes, conjuntamente con las concepciones sobre el partido, la democracia y la revolución permanente.
No se omite, por supuesto, el concepto tan polémico de la dictadura revolucionaria del proletariado, así como las ideas acerca de la transición al comunismo, que merecen una nueva lectura.
Las referencias a los textos económicos, en especial El Capital, son de carácter relevante así como su concepción acerca de la historia, sus estudios de carácter sociológico y político, la crítica al derecho juegues sin restar importancia a sus observaciones acerca de la creación estética y la apreciación literaria.
En los momentos en que convergen criterios de Marx y Engels, se hace referencia ellos, sin menoscabar, como principio la obra de Engels, quien calificó a Marx como un genio excepcional.
En esta docencia, examina, de manera diferenciada, la obra teórica de Marx.
Esta aproximación rompía con la tradición metodológica de combinar la obra de Marx y Engels, y se fundamenta en el principio de que nada ni nadie es idéntico a sí mismo.
De Engels se destaca su colaboración con Marx en la elaboración y desarrollo del marxismo. Aspectos centrales son sus concepciones filosóficas, científicas y políticas, así como, sus tesis sobre el materialismo dialéctico, las ciencias naturales y los métodos científicos.
Se examina su visión del materialismo histórico como caso particular del materialismo dialéctico y su exposición del factor económico “como última instancia” y el estudio de las clases sociales.
Por último, se destaca el impacto de la obra de Marx en los escritos de Engels de 1883 a 1895.
En el programa de Historia del pensamiento marxista, en el que estaba plenamente representada la concepción marxista de Fernando, se elabora una rigurosa crítica teórica a la Segunda Internacional, a su ortodoxia y revisionismo que motiva una reflexión necesaria acerca de la obra de Kautski, Plejanov y Bernstein.
Lo anteriormente expuesto nos conduce al estudio, hoy sumamente importante, del pensamiento de Lenin y la Revolución Rusa. Las experiencias teóricas, políticas, económicas y estéticas de la revolución socialista que modificó el curso de la historia del siglo XX y que impacta aún en el siglo XXI.
Están presentes las génesis del comunismo de guerra, la nueva política económica (NEP) y las referencias y enfoques teóricos de Stalin y Trotski así como la significación de la Tercera Internacional (1919-1943).
La izquierda política y teórica, surgida como alternativa a la visión filosófica de la Tercera Internacional se estudia a partir de la obra de Korch, Lukacz y Gramsci.
Este programa, sumamente abarcador, pero renovador, se propone además el estudio del marxismo en la URSS, posterior a la desaparición física de Lenin en 1924.
Se inserta, además, el estudio de la Revolución China y el marxismo en el pensamiento de Mao Tse Tung para luego pasar revista a las ideas socialistas en América Latina en los años veinte del pasado siglo, al marxismo latinoamericano y los movimientos revolucionarios en Latinoamérica en los años treinta y cuarenta del propio siglo.
Se incluye, significativamente la historia del marxismo en Estados Unidos hasta la Segunda guerra mundial.
A manera de conclusión se hace un estudio de la Revolución Cubana y la teoría marxista de Fidel Castro y Che Guevara del cual Fernando fue un auténtico testimonio de autoridad.
Está incorporado en el programa el análisis del marxismo en la URSS en los años cincuenta, la filosofía existencialista de Sartre y su crítica marxista. El programa aborda la significación teórica de la escuela de Frankfurt, los estudios marxistas de Della Volte, Oletti y Althusser.
A tono con la época que se examina, los años sesenta, se valoran los movimientos radicales y el marxismo en Europa occidental, y el ascenso del movimiento radical y el marxismo en Estados Unidos.
El programa concluye con el tema de los revolucionarios y el marxismo en América Latina en los años sesenta.
Esta síntesis, en mi criterio, refleja íntegramente los enfoques del pensamiento marxista de Fernando Martínez.
Cuando era su discípulo, en los cursos del departamento, su elevado nivel de abstracción requería de un esfuerzo de comprensión. Posteriormente se convirtió en un comunicador por excelencia, preservando su rigor científico, la creación teórica, el pleno dominio del debate, la polémica y un ejercicio de pensar crítico que nos inculcó y que forma parte de nuestra cultura teórica, martiana, marxista y fidelista.
Su obra, de carácter multidisciplinarios, asombra y convoca. Concibió el marxismo con un sentido de transformación innovadora induciendo a avanzar por el camino de la Revolución con la lealtad a los principios y con un pensamiento crítico renovador.
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