La palabra globalización es un instrumento del imperio para encubrir un nueva forma de expansión, en este caso económica, con la cual fortalece su hegemonía sobre otros países y el régimen de explotación que somete a los mismos, todo eso encubierto bajo un limitado beneficio que reciben estos, con el “desarrollo” de sus economías, lo cual no deja de ser un desarrollo controlado y ajustado a los intereses económicos de los grandes capitales del imperio y las grandes potencias mundiales.
Algunos organismos internacionales, en su definición sobre la globalización, tratan de presentarla como un fenómeno inexorable, determinado por la historia como parte del progreso de la humanidad, tendiente a desarrollar una especie de división internacional del trabajo, que se encamina a la integración de la economía mundial, lo cual no es cierto.
El Fondo Monetario Internacional, uno de los instrumentos creados y utilizados en función de los intereses de los grandes consorcios y de los países donde estos tienen el poder en sus manos, define la globalización de la siguiente forma:
“La "globalización" económica es un proceso histórico, el resultado de la innovación humana y el progreso tecnológico. Se refiere a la creciente integración de las economías de todo el mundo, especialmente a través del comercio y los flujos financieros. En algunos casos este término hace alusión al desplazamiento de personas (mano de obra) y la transferencia de conocimientos (tecnología) a través de las fronteras internacionales. La globalización abarca además aspectos culturales, políticos y ambientales más amplios que no se analizan en esta nota.
En su aspecto más básico la globalización no encierra ningún misterio. El uso de este término se utiliza comúnmente desde los años ochenta, es decir, desde que los adelantos tecnológicos han facilitado y acelerado las transacciones internacionales comerciales y financieras. Se refiere a la prolongación más allá de las fronteras nacionales de las mismas fuerzas del mercado que durante siglos han operado a todos los niveles de la actividad económica humana: en los mercados rurales, las industrias urbanas o los centros financieros.
Los mercados promueven la eficiencia por medio de la competencia y la división del trabajo, es decir, la especialización que permite a las personas y a las economías centrarse en lo que mejor saben hacer. Gracias a la globalización, es posible beneficiarse de mercados cada vez más vastos en todo el mundo y tener mayor acceso a los flujos de capital y a la tecnología, y beneficiarse de importaciones más baratas y mercados de exportación más amplios. Pero los mercados no garantizan necesariamente que la mayor eficiencia beneficiará a todos. Los países deben estar dispuestos a adoptar las políticas necesarias y, en el caso de los países más pobres, posiblemente necesiten el respaldo de la comunidad internacional a tal efecto”.
En esta definición se trata de presentar la globalización como un fenómeno propio de las transacciones internacionales comerciales y financieras, como si fueran las “fuerzas del mercado” las que originaron el fenómeno, cuando el mismo es un producto de la política hegemónica y de explotación a otros países que han desarrollado Estados Unido y otras potencias mundiales durante un proceso de inversión indiscriminada, donde prima el interés del inversionista y no del país donde se realiza la inversión, por lo regular países pobres, que encuentran en estas nuevas fuentes de empleo, al menos un poco de oxígeno que les permite continuar respirando.
Oro medio, en este caso Wikipedia, también nos ofrece su definición del asunto, cuando plantea “La globalización es un procesoeconómico, tecnológico, político, social, empresarial y cultural a escala mundial que consiste en la creciente comunicacióne interdependencia entre los distintos países del mundo uniendo sus mercados, sociedades y culturas, a través de una serie de transformaciones sociales, económicas y políticas que les dan un carácter global.
La globalización es a menudo identificada como un proceso dinámico producido principalmente por la sociedad, y que han abierto sus puertas a la revolución informática, llegando a un nivel considerable de liberalización y democratización en su cultura política, en su ordenamiento jurídico y económico nacional, y en sus relaciones nacionales e internacionales.”
Nuevamente se trata de presentar al monstruo como parte de un proceso de integración económica y social, a escala mundial donde se destaca la comunicación e interdependencia entre los distintos países del mundo, cuando en realidad son acciones forzadas y dirigidas por un país que se beneficiará de las mismas y otro al cual se le crea una dependencia planificada y por lo regular permanente, pues su desarrollo queda comprometido con los intereses económicos del inversionista, regularmente una de las grandes potencias mundiales.
Una publicación especializada, “El Portal Estadístico” nos describe la globalización en una forma más comprensible y cercana a la realidad. En este caso la describe: “Como la Inversión Directa Extranjera (FDI), sencillamente el dinero que invierte una empresa en otra empresa, de un país diferente. Estas compañías usualmente poseen una parte de la compañía extranjera en la cual han invertido e influyen en el proceso de producción, la toma de decisiones y todo aquello que se relaciona con el proceso de producción, incluyendo los salarios.
Aunque el fenómeno saque en gran medida ventaja de los avances tecnológicos del siglo 21, así como también de la flexibilidad cultural de la población en edad laboral de hoy, la inversión directa extranjera tiene una larga historia, remontándose a los imperios coloniales. No sin críticos, el FDI generalmente traer ventajas para la compañía inversionista, como el acceso a los nuevos mercados además de costos de la mano de obra, los materiales y las instalaciones de producción a un costo disminuido, acorde a la situación del país donde se realiza la inversión.. La economía local puede sacar provecho de una infusión de capital, acceso a las nuevas tecnologías, disminución del desempleo, salarios por encima de la norma nacional, pero la que recibe beneficios extraordinarios es la empresa que realiza la inversión, amparada en el proceso de globalización”.
La inversión de Estados Unidos en el extranjero ha tenido un crecimiento vertiginoso en los decenios pasados. Las corporaciones multinacionales estadounidenses, especialmente enfocadas en el incremento de sus beneficios financieros, han invertido en fábricas en ultramar, que le ofrecen esas ventajas. Sin embargo, una parte grande de estas corporaciones enfoca la producción no sólo a suministrar el mercado de Estados Unidos, sino también la demanda local de los productos que fabrican y competir en el mercado internacional.
En el año 2016, la inversión acumulada total de Estados Unidos en otros países, representó 5, 33 trillones de dólares.
De acurdo con la información obtenida en “El Portal Estadístico” las inversiones estadounidenses en algunos países desde el año 2000 al 2016 acumulan los siguientes totales (en billones de dólares)
ASIA PACIFICO 846,68
AUSTRALIA 165,35
JAPON 114,64
ALEMANIA 107,71
CHINA 92,48
MEXICO 87, 64
AFRICA 57,47
ORIENTE MEDIO 45,93
INDIA 32,94
ITALIA 24,69
Este ritmo de inversión estadounidense en otros países pudiera calificarse como “resultado de la globalización”, sin embargo está dirigido, en su mayoría, hacia países donde el dólar está altamente cotizado cuando se compara con la moneda del país, lugares donde el realizar una inversión tiene un costo muchísimo más barato que si se realizara en Estados Unidos, donde se pagarán salarios muchísimo más bajos que los que podría recibir un obrero estadounidense realizando la misma labor, donde debido a la nueva inversión regularmente el país receptor otorga varios años de exención de impuestos a la empresa inversionista y le permite extraer una alta proporción de sus utilidades, que regularmente van a parar a los paraísos fiscales, para que el gobierno estadounidense no pueda imponerles impuestos por las mismas.
En este caso estamos analizando el proceso inversionista de un país, Estados Unidos, lanzado contra los recursos del mundo para obtener las mayores ganancias posibles.
Podemos también analizar el caso de un país, receptor de inversiones foráneas, que estimula las mismas ofreciendo sus recursos naturales, su mano de obra barata, exenciones de impuesto y otra ventajas para que el capitalista encuentre el mayor beneficio posible invirtiendo en el mismo. Tomemos la República Popular China como ejemplo en este análisis. Para este ejercicio hemos seleccionado los diez países que han realizado las mayores inversiones en el misma, lo que evidentemente ha resultado en un desarrollo de su economía debido a la Inversión Extranjera Directa, que está sujeta a problemas de los mercados, internos y externos, el adelanto tecnológico de la inversión realizada, las relaciones diplomáticas y la política comercial entre China y el país inversionista.
Estados Unidos: 92,480 millones hasta el 2016.
Anualmente se invierten cerca de 2,000 millones. La presencia de compañías estadounidenses se extiende a casi todos los sectores manufactureros o de servicios pero, según diversos analistas de las relaciones bilaterales, la desaceleración económica china, una regulación más estricta de los mercados y un aumento de los costos laborales han llevado a un repliegue de la inversión estadounidense en los últimos años.
Corea del Sur, cerca de 3,000 millones anuales.
Sus inversiones se concentran en los sectores automotriz e informático-
Singapur: 12,000 millones hasta el 2016.
Anualmente realiza inversiones cercanas a los 2,500 millones de dólares. China es su principal destino de inversiones en Asia. Tiene presencia en las empresas Pvilion Energy Pte, dedicada a los problemas energéticos y Jurong Consultants.
Taiwán: Invierte cerca de 2,500 millones anuales.
A pesar de las diferencias políticas, está entre los primeros inversores en China. Sus inversiones están presentes en el campo de la minería, el sector electrónico y los textiles. Sus empresas de más peso son la Foxconn y Want Want China Holding ltd.
Alemania: Se registra una inversión promedio de 2,000 millones de dólares anuales
La inversión germana en China, que dio un salto entre 2009 y 2013, la cual se ha dirigido a la industria automotriz, teniendo presencia de Audi, BMW, Mercedes and Jaguar Land Rover. La inversión directa alemana también se ha concentrado en la manufactura de maquinaria y equipamiento, en particular el sector de alta tecnología.
Reino Unido: Inversiones por aproximadamente 800 millones anuales.
La inversión directa br4itánica se ha centrado principalmente ene le sector farmacéutico
Francia: Inversiones cerca de los 500 millones de dólares anuales
Concentrada en el sector manufacturero, productos químicos, automotriz, alimentos, maquinaria y en el energético. La Renault tiene fuerte presencia en el país. Además de la Electricite de France, Suez, Telecom, Total Oil, Carrefour, Danone y Loreal.
Hong Kong
Esta ciudad ha sido el puente de entrada de la mayor cantidad e inversiones en China, en algunos casos para empresas y capitales que no desean aparecer directamente como inversionistas. Se crea una empresa en Hong Kong, algo relativamente fácil y por medio de la misma se invierte en China. Por esta vía pudiera llegar dinero proveniente de las drogas y otras actividades criminales.
Se han registrado cuantiosas inversiones como las de los primeros mese del2016 ascendente a 33,000 millones de dólares, estas se registraron principalmente en los sectores electrónico y textil
Japón
El proceso inversionista japonés presenta algunas dificultades y ha disminuido, primero por la disputa sobre las islas Senkaku. Adicionalmente el costo manufacturero chino ha aumentado, por lo que muchas de las inversiones japonesas se han desviado hacia Vietnam, Cambodia, Indonesia y Filipinas.
El sector automotriz, junto al electrónico, han sido los más importantes ejes de la inversión nipona en China.
Holanda
Operan en China cerca de 600 empresas holandesas. En su mayoría son pequeñas y medianas que no tiene más de 50 empleados. La presencia holandesa eta presente en el sector de la agroindustria hasta servicios. Un buen número se dedica al comercio electrónico.
Después de analizar las dos situaciones presentadas, las inversiones de Estados Unidos en el Exterior y el proceso inversionista que durante años se ha desarrollado en China, no podemos pensar en una “división internacional del trabajo”, tampoco en el desarrollo normal de un país, en mi criterio ambos procesos están impulsados por el afán de lucro, la explotación de la mano de obra barata donde esta se presente y en casos como