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Ecuador: Día del Trabajo: entre tradicionalismo y progreso

2 may. 2017
Juan J. Paz y Miño C.
El Día Mundial del Trabajo se conmemora en recuerdo a la huelga iniciada el 1 de mayo de 1886 en Chicago, que concentró a miles de trabajadores en torno a la reivindicación por 8 horas de jornada diaria. A consecuencia de la Revuelta de Haymarket y del proceso iniciado contra varios activistas, fueron juzgados Samuel Fielden, Oscar Neebe y Michael Schwab, que recibieron largas condenas; en tanto Georg Engel, Adolf Fischer, Albert Parsons, August Spies y Louis Lingg fueron sentenciados a la muerte. El obrerismo se extendió entre los grandes países capitalistas. Y la revolución proletaria en Rusia (1917), que inauguró el primer país socialista, se convirtió en un referente para los trabajadores del mundo. 

También en Ecuador las incipientes clases trabajadoras de inicios del siglo XX lanzaron reivindicaciones y emplearon la huelga. El 15 de noviembre de 1922 en Guayaquil fueron masacrados centenares de trabajadores. De modo que la Revolución Juliana (1925) recogió el clamor del obrerismo y dictó las primeras leyes protectoras del trabajo, que fueron consagradas en la Constitución de 1929, pionera en establecer el derecho social. El Código del Trabajo fue expedido en 1938. Bajo esos auspicios institucionales, crecieron los sindicatos y se fundaron las grandes centrales de trabajadores: Cedoc (1938), CTE (1945) y Ceosl (1962), que a inicios de la década de 1980 convergieron en el FUT (Frente Unitario de Trabajadores), prestigiosa y combativa organización, que promovió sonadas huelgas nacionales. 

La sucesión de gobiernos derechistas, el derrumbe del socialismo, el ocaso del paradigma obrerista del marxismo y el estancamiento político del propio movimiento de los trabajadores en Ecuador, debilitaron su presencia histórica. Contrariamente a lo que se cree e incluso se opina en artículos sin base histórica, el espacio político abierto por la Revolución Ciudadana a partir de 2007 permitió la recuperación de las izquierdas y el resurgir del movimiento obrero, que bajo el modelo empresarial/neoliberal (vigente entre 1982-2006) experimentaron incluso el progresivo derrumbe de los principios laborales y el arrinconamiento sistemático de los derechos de los trabajadores. 

Tanto las izquierdas marxistas tradicionales, como el antiguo movimiento obrero rompieron con el gobierno del presidente Rafael Correa, al mismo tiempo que surgieron otras organizaciones que apoyaron la gestión gubernamental. Pero aquellos sectores tradicionales no han podido generar, durante la última década, la alternativa revolucionaria y popular que, en cambio, aparece radicalizada en sus discursos, escritos y planteamientos. Y han llegado a tal nivel de ideologización y tergiversación de la realidad, que sus dirigencias convocaron a las bases a votar por el banquero Guillermo Lasso en las recientes elecciones presidenciales. 

Hoy se celebra el 1 de Mayo con un debilitado y dividido movimiento obrero, que convive con un amplio sector progresista y democrático de la sociedad ecuatoriana, que es el que ha mantenido y ha determinado el avance político del país en la última década. 

Tomado de Rebelión

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