1 jun. 2021
Para comprender el actual escenario político peruano es necesario establecer el estado de la situación. Al analizar la coyuntura electoral debemos tratar de reconocer a los diferentes actores y protagonistas, para ello trato de identificar las fuerzas presentes y sus posicionamientos de cara a la segunda vuelta.
Poder Económico: Los grandes empresarios articulados en torno a la CONFIEP, La Sociedad Nacional de Minería Petróleo y Energía, la Sociedad Nacional de Industria, así como los sectores vinculados a la banca y la exportación están claramente alineados tras la candidatura fujimorista, la sola idea de pensar en modificaciones al modelo económico o un nuevo pacto social, asusta a quienes han sido los directos beneficiarios de los últimos 30 años de neoliberalismo, aumentando su riqueza y cogobernando con políticos de diferente signo.
Pero también podríamos pensar que existe una disidencia importante por parte de sectores de las pequeñas empresas que han sido seriamente perjudicados por el modelo neoliberal y por programas como “Reactiva Perú” (1), que solo beneficiaron a los grandes grupos de poder económico; este sector, que en muchos casos está en la informalidad y que es uno de los principales motores de la economía popular; podría estar apoyando a Pedro Castillo, de quien pueden sentir más cerca en sus propuestas y liderazgo.
Poder político: La mayoría de fuerzas políticas con relativo peso electoral ha manifestado su apoyo a la candidata del continuismo neoliberal, y esto resulta importante en la futura composición del congreso, donde el fujimorismo –de ganar- podría construir mayorías con facilidad (2), gobernando sin ningún contrapeso, lo cual rompería el equilibrio de poderes y con el peligro de que copar todas las instituciones como lo hizo en los 90. De ganar Pedro Castillo se podría mantener el equilibrio y entablar un diálogo con diferentes fuerzas del Congreso para sacar adelante proyectos importantes, e incluso la Asamblea Constituyente que ha sido una de sus principales banderas de su campaña electoral.
Poder militar: En su mayoría han asumido un discurso conservador con un sesgo anticomunista, los militares aún tienen el recuerdo fresco de la lucha antisubversiva en la cual veían a la izquierda y a los organismos de Derechos Humanos como aliados del terrorismo, además algunos de sus miembros aún tienen un discurso que se quedó anclado en la “guerra fría”, además, el fujimorismo siempre ha buscado entenderse con la gran familia militar y policial, como evidencia podemos reconocer en las declaraciones públicas que hacen muchos militares en situación de retiro contra Pedro Castillo (3). Este sector es no deliberante pero no se puede desconocer el rol político que ha tenido a lo largo de nuestra historia republicana.
Poder ideológico: Tenemos una opinión pública dividida, altamente polarizada, con un sector bastante influenciado por la campaña mediática desatada a favor de Keiko Fujimori, en esto los grandes medios de comunicación, en muchos casos, han dejado las formas y profesionalismo para sumarse abiertamente a la defensa del modelo neoliberal y la candidata que hoy lo representa (4), sin embargo es también interesante la reacción de un sector importante, y a veces, mayoritario de la población que “no cree” en los “monopolios mediáticos”, que cada vez le dan una menor credibilidad a su cobertura informativa y a la interpretación de los hechos durante la campaña electoral.
Poder social: Se puede apreciar que está a favor de Castillo se reconoce una creciente movilización social, que no se puede expresar en toda su magnitud por el contexto de la pandemia, pero este movimiento espontáneo existe y ha ido creciendo con el pasar de las semanas, empezó con pequeños mítines que realizaba Castillo en sus recorridos por provincias y distritos del país en la primera vuelta, hasta verse expresado en las masivas manifestaciones de apoyo en plazas y calles durante esta segunda vuelta. A ello hay que sumarle el antifujimorismo que se expresa en las redes sociales y en protestas, tanto masivas como pequeñas, a lo largo y ancho del país. Por el contrario, el fujimorismo ha demostrado limitaciones en la movilización de sus adherentes, con mítines de escasa concurrencia, y en algunos casos -incluso- transportando a simpatizantes para sus concentraciones.
Tenemos un escenario en el cual las diferentes fuerzas políticas en pugna, buscan y construyen apoyos, el peligro está en entregarle el poder a quienes sin ser gobierno ya tienen mayoría en el congreso, el control de los medios de comunicación y una clara alianza con el poder económico, además de una posible simpatía del poder militar. Por el bien de la democracia, es necesario restablecer los equilibrios, retomando la definición etimológica del término, “demos”-“kratos”, es decir “gobierno del pueblo”, no de las corporaciones económicas y mediáticas.
Notas.
(1) Es un programa de créditos que tiene como objetivo dar una respuesta rápida y efectiva a las necesidades de liquidez que enfrentan las empresas ante el impacto del COVID-19. Según varios medios periodísticos terminó beneficiando a “un privilegiado grupo de compañías, que tienen una posición dominante”. (https://ojo-publico.com/1901/reactiva-peru-bancos-beneficiaron-grandes-companias)
(2) “Puede contar con un bloque de 64 parlamentarios en el próximo Congreso” .https://larepublica.pe/elecciones/2021/05/08/keiko-fujimori-ya-tiene-mayoria-asegurada-en-el-nuevo-parlamento-pltc/
(3) Congresistas electos como el almirante en retiro Jorge Montoya han planteado impulsar proyectos de ley para prohibir a los partidos comunistas.
(4) De acuerdo a una encuesta del Instituto de Estudios Peruanos (IEP) del total de entrevistados que creen que los medios están parcializados en estas elecciones, un 79% cree que lo están a favor de Keiko Fujimori.
Tomado de Rebelión