Contrapunteo

Y América Latina sigue andando, ¿para bien?

6 ene. 2020
Por

Escuchar hoy en día las noticias sobre América Latina puede ser un acto de valentía. Protestas, paros nacionales, muerte, encarcelados, torturas, hacen de esta región geográfica una bomba de relojería.

De repente, nos quedamos atónitos ante la facilidad con      que la derecha logra «salirse con la suya» y sigue avanzando en su plan de imponer, con carta blanca, leyes del neoliberalismo.

Es indignante ver la tranquilidad con la cual se silencian los 2808 heridos reportados hasta el momento en Chile, donde los ciudadanos viven bajo las amenazas de una nueva etapa de dictadura, disfrazada con otros nombres.

Bolivia, por su parte, continua en una especia de impasse, donde la manipulación mediática hacia el legítimo presidente Evo Morales, intenta borrar los innegables logros de un líder sin manchas.

¿Acaso no tienen escrúpulos Sebastián Piñera, Jeanine Añez o Iván Duque? ¿No son latinoamericanos igual que el pueblo que explotan y venden a intereses extranjeros? ¿No los conmueve el sufrimiento de quiénes solo piden esperanzas?

Crónica de una catástrofe anunciada

Muchos habían predicho que la izquierda tenía un arduo camino por delante. Ya lo decían desde aquel tiempo, cuando el progresismo dominaba la región. Sin embargo, las consecuencias de esos errores alertados por el político y expresidente Luis Inacio Lula da Silva, fueron sufridas por naciones como Argentina, donde una gestión desastrosa de Mauricio Macri afectó, considerablemente, a la ciudadanía.

Precisamente, fue el Brasil de Lula, el que terminó votando por un fascista como Jair Bolsonaro, en una muestra clara de pérdida de fe hacia la dirección de la izquierda, bombardeada constantemente por noticias de corrupción.

Aunque en el caso de Argentina la situación ha dado un vuelco con la llegada a la Casa Rosada de la dupla Fernández-Fernández en el gigante sudamericano todavía queda bastante tiempo de mandato para el «Trump de Brasil».

Pero mientras la política juega su partida de ajedrez, los que sufren son los de abajo, a los que si les afectan las medidas neoliberales que el Fondo Monetario Internacional (FMI) le impone a los gobiernos de la región que aceptaron sus «generosos préstamos».

Recordemos sino, que todas estas manifestaciones sociales estallaron en primer lugar en Ecuador, cuando el presidente Lenin Moreno, subió el precio del combustible, afectando a miles de familias para poder pagar la deuda contraída con el FMI.

La historia que se repite

Ahora bien, si analizamos que han tenido en común los reclamos populares en Ecuador, Colombia, Chile y Bolivia nos podemos percatar de que además de la clara interferencia de los Estados Unidos, ha estado presente un juego de desinformación entre el gobierno y los medios internacionales.

Para poder replegar las fuerzas del orden contra la ciudadanía, los canales de comunicación oficialistas se han hecho eco de las líneas de mensaje del poder, las cuales presenten al pueblo como una masa inconexa de individuos violentos y peligrosos que deben ser «aplacados» con los métodos más duros y represivos.

Muy bien mostraban medios como Russia Today o Telesur, como las personas solo intentaban ejercer sus derechos a reclamar cambios de manera pacífica, sin los supuestos actos de vandalismo.

Qué más prueba se necesita que lo ocurrido en Colombia el pasado 7 de diciembre, cuando varias personas fueron detenidas por la Policía mientras participaban en una manifestación pacífica  en el aeropuerto internacional El Dorado de Bogotá.

Por desgracia, este es solo uno de los más recientes en una larga lista de atropellos contra los derechos humanos en América Latina, región donde reina la mentira de los más poderosos y una «democráticamente elegida» Jeanine Añez proclama en la revista Forbes que nunca pensó llegar a ser presidente de Bolivia. En ese punto, al menos, estamos de acuerdo.

enviar twitter facebook

Comentarios

0 realizados
Comentar