Contrapunteo

¿Quién es el sustituto de John Bolton?

23 sept. 2019
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Después que el presidente Trump anunció que estaba prescindiendo de los servicios de John Bolton como asesor de seguridad nacional, en múltiples rincones del mundo se suscitaron varias reacciones y preguntas. Muchos sintieron una sensación de alivio al interpretar que a partir de ese momento el entorno internacional sería más seguro. Por otro lado, los escépticos con una fuerte carga de realismo señalaron que la política exterior y seguridad de este gobierno descansa en fundamentos esenciales que van más allá de la concepción que defienda un alto funcionario. No obstante, todos se preguntaban con ansiedad quién sería el sustituto.

Antes de analizar el perfil político del nuevo asesor de seguridad nacional, resulta imprescindible evaluar el contexto en que asume esta responsabilidad debido a que nos permitiría comprender con mayor precisión cuál es rol que va a desempeñar este alto funcionario. Las circunstancias son muy complejas debido a que sustituirá a un asesor de seguridad nacional que, al menos, cometió cuatro errores fundamentales: en primer lugar se opuso enérgicamente al presidente Trump en temas considerados estratégicos para su política exterior, especialmente, Corea del Norte, Irán y Afganistán; en segundo lugar fue el promotor de profundas rivalidades y contradicciones con el Secretario de Estado, Mike Pompeo, y su equipo del Departamento de Estado, en tercer lugar tenía una alta visibilidad mediática en la esfera internacional y en cuarto lugar personalizó el proceso de toma de decisiones y creó una imagen de ser el principal articulador de la proyección externa de Washington. Por lo tanto, resultó una persona muy incómoda e insoportable para Donald Trump. 

En este contexto, Pompeo aprovechó al máximo el comportamiento de Bolton para posicionarse como un funcionario fiel, disciplinado y subordinado totalmente a las indicaciones del mandatario estadounidense, lo que evidentemente fue bien premiado y el Secretario de Estado tuvo la oportunidad de incidir directamente en la propuesta del nuevo asesor de seguridad nacional. Por lo tanto, Pompeo después de este nombramiento ha salido fortalecido y, en términos prácticos, es la persona más influyente en materia de política exterior dentro del gobierno federal. Podría afirmarse que en estos momentos tiene a su disposición los ojos y oídos de Trump.

En este sentido, el nuevo asesor de seguridad nacional, Robert C. O'Brien, cumple con los cuatro requisitos mínimos que están exigiendo en las circunstancias actuales para ocupar este cargo: está de acuerdo con Trump en los principales temas de política exterior, se subordinará políticamente a Pompeo, promoverá buenas relaciones dentro del equipo gubernamental encargado de la situación internacional y proyectará un bajo perfil público sin ningún interés en ganar notoriedad. De esta manera, O'Brien con el precedente de Bolton entrará sustancialmente debilitado y alineado totalmente con Trump.

O'Brien es oriundo de la ciudad de Los Ángeles en California y estudió leyes. Aunque tuvo determinadas responsabilidades en el gobierno de George W Bush, no es una persona que pueda decirse que tiene suficiente experiencia en la burocracia de Washington como para ocupar un cargo como el actual de tan alto nivel. De hecho, es uno de los asesores de seguridad nacional de menor trayectoria, resultados y vivencias en esta área. Su perfil profesional ha estado más enfocado en los temas legales vinculados al sistema de Naciones Unidas. Entre 2005 y 2006 fue designado como representante alterno de Estados Unidos ante la 60 sesión de la Asamblea General de la ONU. Coincidentemente, en esos años el Embajador estadounidense ante el organismo internacional era John Bolton.

El nuevo asesor de seguridad nacional también se desempeñó como asesor para política exterior de candidatos republicanos a la presidencia de Estados Unidos como Mitt Romney, Scott Walker y Ted Cruz. No cabe duda que O'Brien es un entusiasta defensor de las causas del Partido Republicano, especialmente, el enfoque del empleo del instrumento militar como componente fundamental del poderío estadounidense para imponer sus intereses a escala global.

Sus principales posiciones políticas se recogen en un libro que publicó en el año 2016 titulado: Mientras Estados Unidos dormía. El texto recoge varios ensayos sobre temas de seguridad nacional y sobresale por su fuerte crítica a la proyección externa de la Administración Obama. Uno de los asuntos que torpedea con mayor intensidad es el acuerdo nuclear con Irán. Por lo tanto, es un ferviente crítico de Teherán al punto que el propio Bolton señaló que el libro debería ser una lectura obligada para los aspirantes a presidente. De hecho, esta referencia del halcón aparece en la contracubierta del texto. También enfatizó en los ensayos que Rusia y China constituían amenazas para Washington calificando como débil la política de Obama y responsabilizándolo con la supuesta atrofia del poder militar. 

Desde la llegada a la Casa Blanca de Trump en enero del 2017, O'Brien estuvo entre los candidatos para ser Secretario de la Marina de Estados Unidos, lo que constituye un cargo de alto nivel dentro del Pentágono. El 10 de mayo del 2018, el mandatario estadounidense lo nombró como el Enviado Especial Presidencial para temas de rehenes. Es decir, sería el encargado de lograr que los ciudadanos estadounidenses que se encontraban presos en el exterior, por disímiles razones, regresaran a territorio continental. Desde esa fecha, comenzó a establecer una relación con Pompeo y Trump que gradualmente llegó a convertirse en un vínculo más personal.

Cuando O'Brien recibió la noticia de su nueva responsabilidad señaló que era un privilegio y enfrentaría muchos desafíos destacando especialmente mantener a Estados Unidos seguro y continuar reconstruyendo las capacidades militares. Ha realizado públicamente elogios a Donald Trump y ha enfatizado que la poderosa política exterior del mandatario ha logrado éxitos sin precedentes en la liberación de rehenes. Pompeo reaccionó de inmediato a su nombramiento al plantear que «mantener a América segura debe ser a partir de liderar una postura de fuerza» y remarcó que si alguien entiendo eso bien, esa persona es O'Brien. Ante el nombramiento, el presidente nacional de la Organización Sionista de América, Mort Klein, señaló «O'Brien es un gran amigo de Israel, y ahora es el mormón de mayor rango en la administración pro-Israel Trump (…) También es el mejor amigo del ardiente embajador sionista de EE.UU. en Alemania [Richard] Grenell (…) Y no puedes ser un gran amigo del evangélico Christian Grenell si no apoyas a Israel».

En esencia, el nuevo asesor de seguridad nacional tiene bien delimitado su marco de actuación dentro de la Administración Trump. El contexto en el que asume está marcado por el estigma de Bolton. Por lo tanto, O'Brien debe circunscribirse a obedecer, no crear problemas dentro de la burocracia por rivalidades y choques de egos, así como consultar sistemáticamente con Mike Pompeo. Por lo tanto, debe convertirse en lo que se calificaría como un «Yes, Sir», siempre dispuesto a cumplir sin miramientos las indicaciones de Donald Trump.     

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