Contrapunteo

¿Por qué compilar la obra de Camilo?

6 feb. 2019
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El acercamiento a las figuras de la Revolución siempre ha resultado una tarea compleja para nuestros historiadores. La continuidad histórica y la vigencia del pensamiento de nuestros principales héroes, debe ser tópico de interés en los estudios actuales sobre la etapa revolucionaria. En este sentido, la figura de Camilo Cienfuegos es una de las más trascendentales. Su imagen, como la conocemos hoy, es la de un hombre muy cubano, jaranero, humilde y simpático, siempre con la sonrisa en los labios. Aunque las fotografías y las anécdotas demuestran con creces su constante alegría, poseía también un carácter decidido y un pensamiento profundo e inteligente.

Camilo Cienfuegos tiene 27 años, aunque no lo parezca. Nació y se crió en La Habana. Ha trabajado en los oficios más humildes y los que lo conocieron limpiando las vidrieras de un establecimiento en la calle Reina o vendiendo zapatos en la calle Monte, no podían sospechar que detrás de su figura alta y delgada se escondía un estratega comparable a Maceo o Máximo Gómez. Es un hombre afable y risueño y con una inteligencia que corre pareja con su modestia y su mesura. Fue uno de los héroes del Granma y ahora es uno de los máximos jefes militares. Una anécdota da la medida de su carácter. Su viejo maestro llegó a saludarlo y le dijo que la gente del barrio quería darle un homenaje. El comandante Cienfuegos lo miró y dijo, pensando cada palabra: «Yo le agradezco a la gente del barrio el homenaje. Pero ¿no sería mejor que ese esfuerzo se dedicara a erigirles una tarja a los caídos de nuestra Revolución?».[1]

Los jóvenes cubanos y latinoamericanos debemos recordarlo así, lleno de matices que lo convierten en una de las figuras dignas de admiración de las tantas que vivieron ese período. Es por ello que en este libro se presentarán textos que muestran lo más relevante de sus ideas revolucionarias y ante todo patrióticas. Pretendemos revelar la evolución de su pensamiento y de sus actos, que lo llevaron de ser un joven sin aparentes preocupaciones políticas, aunque con un profundo sentido de la justicia, a convertirse en un líder guerrillero, en el Comandante Camilo Cienfuegos.

Su personalidad estuvo labrada por los valores e ideales que le inculcó su familia y principalmente Ramón Cienfuegos, su padre.[2] Familia pobre y digna llena de aspiraciones progresistas que enseñó a Camilo a ser honesto y desinteresado. Sus progenitores eran españoles de ideas republicanas, que contribuyeron durante la primera infancia de Camilo a la Guerra Civil Española. A pesar de las vicisitudes propias de la época, recaudaban fondos en el barrio para esta causa y el propio Camilo separaba algunos centavos de los que usaba para merendar en la escuela y los guardaba para enviarlos a niños españoles, víctimas de la guerra.

Por hechos de su vida como estos, nunca estuvo ajeno, a pesar de su juventud e inexperiencia, a los problemas sociales y políticos de Cuba. Leía a José Martí y encontraba en su obra el paradigma de libertad que definió posteriormente su proyección revolucionaria. Muy joven marcha a los Estados Unidos y desde allá escribe un artículo para un periódico de la inmigración cubana en la ciudad de Nueva York, La voz de Cuba, en abierta oposición al golpe de Estado del 10 de marzo de 1952. Esta agitada etapa de su vida, tuvo como colofón su regreso a Cuba en 1955. A partir de entonces, comienza su participación más intensa en acciones contra la dictadura de Fulgencio Batista.

El alegato de autodefensa de Fidel, tras el asalto al Moncada, La historia me absolverá, había causado honda impresión en Camilo y lo tomaba como el programa a seguir para resolver los problemas más urgentes y necesarios de Cuba. Comprometido con la lucha armada como única vía emancipadora y totalmente identificado con la figura de Fidel Castro, decide sumarse a la lucha como expedicionario del yate Granma.

Por otra parte, el vínculo con el Che durante la lucha guerrillera, fue otro de los hitos que distinguió su vida y pensamiento. Sentía gran admiración por él, lo llamaba incluso «mi profe» y se nutrió de sus ideas transformadoras en los días de combate en la guerrilla.

A partir del 1ro.de enero de 1959, Camilo desempeñó el cargo de Jefe del Ejército Rebelde y todo su ímpetu lo destinó a la restructuración, organización y superación cultural de sus filas. Por otra parte, su figura tan querida por el pueblo cubano representó en esos momentos difíciles la unidad como bandera para lograr los cambios que el país necesitaba, como el caso de la Reforma Agraria, la medida más radical tomada por el Gobierno Revolucionario en su primer año. Discursos, intervenciones públicas, conferencias de prensa para radio y televisión, entre otras actividades, formaron parte de su quehacer cotidiano.

Para un acercamiento más detallado a la vida de Camilo Cienfuegos, se incluye en este volumen una cronología que abarca desde su nacimiento hasta su desaparición física en 1959. Para este último año, se tomó como principal fuente el periódico Revolución y la revista Bohemia, los cuales se hayan digitalizados en la valiosa biblioteca del Instituto de Historia de Cuba. Para la etapa de su «primera juventud» se utilizó la bibliografía escrita sobre su personalidad y la correspondencia con sus amigos y familiares durante esos años.

De esta manera, se han compilado textos imprescindibles para descifrar la figura y la expresión revolucionaria de Camilo Cienfuegos en las etapas más significativas de su vida. Esta selección la conforman artículos, cartas, diarios, entrevistas y discursos, que hemos ordenado cronológicamente, de manera que sigan la línea progresiva en el desarrollo de su pensamiento revolucionario.

Las cartas a familiares y amigos y las entrevistas, resultan más individuales y nos acercan a otras aristas también importantes de su carácter. En este grupo se incluyen las misivas en las que se vislumbra el despuntar de sus ideas revolucionarias y su determinación de formar parte de la lucha armada, sentimiento genuino que expresa en ellas a sus más cercanos amigos. En el caso de las entrevistas, realizadas después del 1ro. de enero, son útiles para conocer la opinión y la posición de Camilo ante los problemas de Cuba y acerca del cargo que desempeñaba en ese momento como Jefe del Ejército Rebelde.

Los fragmentos que se incluyen de su diario de campaña sobre la lucha guerrillera y la invasión que llevó a Las Villas como Comandante, brindan datos de carácter histórico y anecdótico sobre esta etapa insurreccional y acerca de cómo se fue convirtiendo en un luchador incansable y valeroso. Resulta plausible el hecho de que siendo un joven de ciudad, y haber viajado por urbes norteamericanas de gran importancia, Camilo se adaptó al ambiente natural agreste y peligroso por el cual transitó durante la guerra, soportando los embates del hambre, el cansancio y de los fenómenos naturales más severos.

La importancia depresentar esta compilación está dada por la ausencia de textos publicados sobre él en los últimos años y por la marcada vigencia de sus principales ideas en el contexto cubano y latinoamericano actuales. Desde una perspectiva histórica, el conjunto de discursos que pronunció en 1959, constituyen una expresión del contexto nacional e internacional tan complejo que prevalecía en Cuba en ese año. Al mismo tiempo, sus ideas demuestran la necesidad de las medidas más radicales de la Revolución. El propio Raúl Castro expresó al respecto:

Camilo, lo sabemos quienes lo conocimos muy de cerca [...], en el momento de morir tenía un pensamiento político-ideológico muy definido, totalmente identificado con la línea que se aplicó durante aquellos primeros diez meses después de la victoria de las armas rebeldes, consciente del movimiento táctico que entonces resultaba necesario frente al poderío del imperialismo estadounidense y sus aliados nacionales, y plenamente convencido del objetivo estratégico de la Revolución en el que, como lo reiteró con sus palabras y escritos en numerosas ocasiones, él —con Fidel— asignaba el principal papel dirigente a la clase obrera, en alianza con los campesinos y otras capas humildes del pueblo.[3]

Los discursos representan momentos relevantes de los primeros diez meses de 1959. Aspectos recurrentes en su oratoria son el llamado a la unidad del pueblo cubano en general y de todos los sectores al interior de la Revolución, el realce del valor de los campesinos y obreros como puntales indispensables del nuevo proceso, la necesidad de la Reforma Agraria para subvertir el orden de cosas existente en el país, el apoyo de las fuerzas del Ejército Rebelde y de la Revolución en general a la lucha contra otras dictaduras latinoamericanas y el optimismo ante la construcción de la nueva Cuba.

Su trágica desaparición hace a su figura aún más mítica y la rodea de ese halo de luz que la muerte temprana suele dar a hombres y mujeres. En apenas un año se convirtió en uno de los hombres más queridos por los cubanos; su simpatía y espontaneidad iban de la mano con su pensamiento revolucionario y militar, desarrollados en muy poco tiempo y al pie de cada combate librado desde el desembarco del Granma en 1956. Siendo el último que se incorporó a los expedicionarios, debido precisamente a su falta de preparación militar, en tan solo dos años fue nombrado Comandante por Fidel. Sus acciones, proezas y su incansable bregar tras el 1ro. de enero, hablan por sí solos.

Por último, agradezco de manera especial la posibilidad que me brindó en el 2015 el Instituto de Historia de Cuba, al cual pertenezco orgullosamente, de acercarme por primera vez de manera amplia a la personalidad de Camilo. Gracias a la fraternal colaboración de su hermano Osmany Cienfuegos se nos ofreció un cúmulo de materiales de archivo de gran valor histórico. Sin embargo, tras ese montón de papeles, fotos, recortes de prensa y otros documentos, está la hermosa labor de la secretaria de Camilo, Olga Llera Fernández, Cuquita. Su cariño y admiración por él la llevó a recopilar durante años esta información con la que hoy cuenta nuestro Instituto de Historia de Cuba y la cual también agradecemos profundamente.

El libro Camilo Cienfuegos. Colección Vanguardia, es un regalo para las nuevas generaciones, ávidas de valores, a veces dados por perdidos, y que el Señor de la Vanguardia representó de una manera excelente. Este patrimonio debe salvaguardarse como legado histórico de una etapa aún poco estudiada por nuestra historiografía y de la cual Camilo fue protagonista. Hemos pensado en todas las personas cubanas, pero principalmente en los niños, adolescentes y jóvenes de nuestro país, los cuales necesitan amar la historia como cimiento de la identidad que los conforma.



[1]Fragmento tomado de un artículo publicado en el periódico Prensa Libre, en enero de 1959.

[2] Ramón Cienfuegos en la época republicana desarrolló actividades sindicales en la Unión de Operarios y Sastres y publicó un manifiesto a favor de los soviets que se titulaba: «La Revolución Rusa se extenderá por todo el mundo».

[3]Tomado del prólogo al libro de William Gálvez: Camilo, señor de la vanguardia, Ob. Cit, p. XIV.

 

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