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Por la ciudadanía universal

19 jun. 2017
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El problema —si es que se le puede llamar así- de la migración ha existido desde tiempos remotos. Pueblos enteros se han visto forzados a desplazarse lejos de sus tierras por conflictos étnicos, raciales y religiosos, desastres naturales, guerras o dictaduras militares. Es por eso que migrar, además de ser una actitud inherente a la especie humana, es reconocido como parte de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, de ahí que resulte tan contradictorio escuchar hablar de inmigrantes ilegales, como si se pudiera considerar «ilegal» a una persona, ignorando que es per ce un sujeto de derechos, aunque resida en su país de origen o en una nación extranjera.

En la actualidad, el continente latinoamericano enfrenta un sin número de desafíos. El ascenso de varios gobiernos encabezados por partidos de derecha —algunos de manera ilegítima— ha agudizado las desigualdades generadas por el neoliberalismo y la transnacionalización de las empresas. Esas y otras causas —entre las que se pueden enumerar el incremento de la violencia, el narcotráfico y la inseguridad— provocan que, de manera creciente, miles de pobres traten de migrar hacia países desarrollados, donde aspiran a obtener mejores condiciones económicas para ellos y sus familias.

Ante la relevancia de esta situación, los pueblos de América y delmundo se darán cita esta semana, para celebrar una nueva edición de la Cumbre de los Pueblos (también conocida como Conferencia Mundial de los Pueblos), que en esta ocasión enarbola la consigna: «Un mundo sin muros, hacia la ciudadanía universal». Como cada año, esta Cumbre acogerá a cientos de personas en representación de organizaciones sociales, pueblos indígenas, personalidades, intelectuales, juristas y gobiernos de todos los continentes. Tendrá lugar en Tiquipaya, en el departamento central de Cochabamba, en Bolivia, los días 20 y 21 de junio

El principal objetivo de esta esta cita está vinculado a la necesaria respuesta a cualquier tipo de política xenófoba y/o discriminatoria, que esté enfocada en impedir que los seres humanos puedan desplazarse de un país a otro con libertad.

«Estamos muy contentos de realizar este evento porque no es posible que haya muros y murallas para migrantes, para latinos, para refugiados y no hay muros y murallas contra intervenciones militares para saquear nuestros recursos naturales». Así expresó el presidente boliviano Evo Morales, dando lectura a la convocatoria a esta tercera edición de la Conferencia de los Pueblos, el pasado 9 de marzo. En esa alocución, el mandatario resaltó la necesidad de profundizar en el debate internacional en relación a la migración, para defender los derechos de los emigrantes bolivianos, latinoamericanos y del resto del mundo. Además, criticó fuertemente las intenciones de Donald Trump de recrudecer las medidas contra la inmigración en Estados Unidos, país que además ha decidido un incremento del 9,7% del presupuesto militar, a sabiendas de que las guerras ocasionan inevitablemente migraciones forzosas y desplazamientos.

En la convocatoria también se hizoalusión a la directiva de la Unión Europea para propiciar el retorno —supuestamente— voluntario de los inmigrantes considerados ilegales, que se traduce en la detención de aquellos ciudadanos extranjeros que no cooperen con el «retorno». Además, se hacía hincapié en que es imposible considerar a un ser humano «ilegal», sin importar su nacionalidad o país de residencia.

Esta será la tercera ocasión en que los pueblos de Latinoamérica se reúnan a partir de una convocatoria del gobierno boliviano, para analizar problemas medulares que nos afectan a todos. Los dos encuentros anteriores tuvieron lugar en 2010 y 2015, centrados en los efectos del cambio climático y la «defensa de la vida». Estas cumbres no constituyen un único evento, celebrado a manera de conferencia independiente, sino que es solo uno de muchos engranajes que unen a los pueblos del continente en su lucha.

Durante esos dos días sesionarán tres mesas de trabajo, de las cuales una analizará fundamentalmente las causas estructurales y sistemáticas que provocan las migraciones humanas, otra se concentrará en el diseño de estrategias para la protección de los derechos de los migrantes y la última tendrá como tarea la construcción de una declaración de los pueblos que condene el intervencionismo militar de las potencias imperialistas y defienda la concepción de una ciudadanía universal para todos los seres humanos.

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