El socialismo: ¿una alternativa para América Latina? es un texto publicado bajo el sello editorial Ocean Sur y es precisamente el título de una entrevista realizada por Marta Harnecker[1] a Schafik Hándal[2] en 1991. La vigencia de este texto es precisamente uno de los elementos que lo vuelve significativo, incluso a más de dos décadas del desplome del campo socialista (URSS).
Schafik plantea varias ideas en su testimonio: se refiere, en primer lugar, a la violencia y posteriormente a la lucha de clases, es decir, en primera instancia el comandante guerrillero comenta que para los revolucionarios la violencia no era el método por el que ejercían, como por el contrario afirma mucha propaganda reaccionaria, pero se ven obligados a asumirla para mantenerse con vida. Según sus propias palabras: “empuñamos las armas después de agotar durante más de una decenio la política no violenta, incluso electoral”.[3] El líder nos remite a los Tratados de Paz realizados por el FMLN[4] con el objetivo de la desmilitarización de la sociedad salvadoreña.
El segundo aspecto se refiere al concepto de lucha de clases que muchos militantes del Frente utilizan de manera muy dogmática. Schafik insiste en la necesidad de renovarlo, para adecuarlo mejor a los objetivos democráticos y liberadores que se pretendían cumplir para el país. Asimismo, considera más conveniente hablar de fuerzas sociales y no de lucha de clases, porque cuando se refiere a una situación política concreta, lo que se interesa analizar son las fuerzas sociales en pugna y, cómo aliviar la misma para hacerla más favorable para los que luchan por esta sociedad libre de discriminación y explotación. En la política muchas veces no interesa el origen de clase de una persona, sino los intereses que defiende; en más de una ocasión jóvenes burgueses han luchado junto a los trabajadores, y por el contrario, dirigentes obreros han traicionado a su clase y servido al capitalismo. Aceptar esta idea no es dejar atrás el concepto de lucha de clases sino reformularlo y analizar cómo esta lucha se desarrolla en una situación política extraordinaria.
Otra de las ideas de gran relevancia expresadas por Schafik es la viabilidad de la contrucción del socialismo en un país subdesarrollado pues las condiciones políticas tienden a adelantarse a las económicas. Sobre ello reflexiona: “(…) son las revoluciones políticas encabezadas por las fuerzas pro-socialistas las que pueden ir construyendo los cimientos materiales todavía no existentes, o solo parcialmente existentes, para la transición al socialismo sin recorrer o agotar todo el curso capitalista”,[5] es decir, se necesita al frente al obrero, quien representará legalmente los intereses de esta clase.
Por otra parte, Schafik criticó el socialismo de la Unión Soviética por su carácter vertical, represivo, burocrático. En su opinión, había que crear un nuevo modelo de sistema económico y político que fuera capaz de adaptarse a las necesidad de un país en específico, es decir, a la realidad nacional, aun cuando las bases socialistas mundiales sean las mismas, todos los países, como es lógico, no tienen el mismo desarrollo ideológico, político, económico e intelectual, por tanto, crear un modelo general aplicable a todos no era una idea viable, debía estudiarse con profundidad la sociedad y encontrar la forma de que toda ella se viera favorecida ante la toma de decisiones del gobierno.
El socialismo no es solo la defensa del proletariado sino, lograr el equilibrio y mantener la igualdad, dentro de lo posible, para todas las esferas de la sociedad. Es defender los derechos de cada ciudadano, sin violar los de otros, por ello, esta entrevista resulta de gran importancia. La problematización y el análisis realizado por Schafik durante todo el texto es una clave importantísima para entender, no solo el socialismo de manera general sino para hacer que funcione, localizar sus posibles debilidades y tratar de mejorar lo ya establecido, así como para entender su historia y desarrollo en América Latina.
[1] Periodista, psicóloga, socióloga e intelectual chilena que centró su desarrollo profesional en el análisis del movimiento obrero y la elaboración de documentación formativa. Tuvo su conexión con Cuba ejerciendo como colaboradora de los movimientos sociales de clase en Latinoamérica.
[2] Político salvadoreño, destacado líder de la izquierda junto a Guillermo Manuel Ungo y Farabundo Martí. Es una de las personalidades políticas más importantes del país e ingresa al Partido Comunista de El Salvador (PCS), del cual se convirtió en dirigente y lo llevó a militar en diversas coaliciones y frentes (PRAM, FNOC, FUAR, PAR, PR-9MFMLN, FAL, entre otros).
[3] El socialismo: ¿una alternativa para América Latina? Editorial Ocean Sur, 2014, p.17.
[4] Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional.
[5] El socialismo: ¿una alternativa para América Latina? Editorial Ocean Sur, 2014, p.3.
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