Roque Dalton no pudo expresar mejor la versatilidad de la poesía: «Poesía, perdóname por haberte ayudado a comprender que no estás hecha solo de palabras (…). (…) ya no eres solo para el deslumbramiento, gran aderezo de la melancolía. Hoy también puedes mejorarme, ayudarme a servir, en esta larga y dura lucha del pueblo».[1]
Su cuerpo alberga desde el más puro y genuino de los amores hasta el discurso agresivo y penetrante de la denuncia. La poesía emerge ante nosotros para dejarnos indefensos, desnudos ante el dolor de un pueblo que no es libre. Así surge, desde el padecimiento humano, la poesía comprometida; así nace, desde las entrañas de la resistencia el libro Poesía revolucionaria chilena. Desde el sacrificio de Allende a la resistencia poética.
Una vez más, Juan Jorge Faundes, compilador, prologuista, y autor de varios poemas contenidos en el libro, junto a la Editorial Ocean Sur, nos ofrecen una obra que apela a la esencia humana, a la esencia del deber/ser latinoamericano. Poesía revolucionaria… es una antología que recoge poemas de resistencia durante la dictadura y cuya función crítica ejerce una transformación en la conciencia del receptor. Agrupa, además, datos biográficos de los autores, que nos sitúan en el contexto y nos adentran un poco en las experiencias vitales de estos poetas/militantes.
En medio de un apagón cultural, resultado del golpe de Estado de 1973, la poesía renace del exilio, de las cárceles, de las fisuras de un país quebrado como símbolo de rebeldía, esperanza, humanidad. Artistas de varias generaciones vivieron la militancia y la poesía como una sola, al poner su arte al servicio de la libertad. Su grito poético se ha convertido en la arenga del pueblo chileno, en la voz de los recluidos, de los desaparecidos, muertos, incomunicados.
En su prólogo, Faundes expresa el sentimiento de pertenencia y amor que siente por esta obra, resultado de sus propias vivencias y la de muchos compañeros, que enfrentaron la tiranía en cuerpo y alma. 1973 fue un punto de inflexión para el pueblo chileno y su poesía.
Nos muestra, asimismo, Jorge Faundes, como profesor a su alumnado, el marco teórico que le sirvió de base y guía en este trabajo. El marco se sustenta en el precepto de «la parte por el todo», es decir, una serie de significantes y símbolos dispuestos en los textos se muestran al lector para evocarle el significado final, en este caso, el sentimiento de compromiso con la causa social.
Sin embargo, en el proceso de creación y decodificación poéticos, estos elementos, significantes y significados, se fundirán para invocar emociones diversas, marcadas no solo por el sentido denotativo registrado en la memoria cultural-social, sino también por las experiencias de cada receptor/lector/oyente, por su propia memoria y formación cognitivas, que otorgan al poema un sentido connotativo característico (sentimientos, juicios, sensaciones). En resumen, cada lector afrontará este libro, estos poemas, de acuerdo a sus experiencias vitales. Tristeza, amor, compasión, ira, es necesario leer y vivir la poesía que nos ofrece Faundes para descubrir un poco más no solo de la revolución artística chilena, sino también de nosotros mismos.
Un elemento fundamental, característico de la poesía comprometida, y en el que el autor hace énfasis, es la ruptura, el resquebrajamiento de la realidad que permita a los lectores despojarse de la ideología impuesta (tesis) para, de este modo, crear una nueva realidad (antítesis). Faundes busca la síntesis de esas dos realidades —la anterior y la nueva—, busca crear el choque entre ellas, colisión que se transferirá a la mente del receptor. De ahí, que cada lector experimente la poesía como un caso particular, según su memoria social y cultural. La sintaxis dialéctica, como expresa el prologuista, es el objetivo y el fin de la poesía subversiva. De hecho, el calificativo «subversiva» hace honor tanto al contenido como a la forma de los poemas, pues el lenguaje empleado está destinado a replicar el quiebre explicado anteriormente. Las relaciones sintácticas, las imágenes inauditas que distinguen a este tipo de poesía, no apelan a la razón, sino a la emoción.
Es, además, distintivo de la poesía revolucionaria, su cualidad performativa. En cada etapa del poema —creación, publicación, distribución, lectura— se ejerce una acción que delata una postura ante la dictadura. Pero también, ejerce una transformación en la conciencia del receptor. El acto de habla performativo actúa en el sujeto, en el contexto y subvierte los modelos de situación establecidos. Siguiendo este razonamiento, Faundes sostiene que el primer poema/acción de la resistencia chilena fue la muerte de Allende en la Moneda. La propuesta del autor se hace clara ante el conocimiento de los hechos. Un rebelde, un revolucionario, Allende encarna el arquetipo del héroe mítico, un Caupolicán —al decir del propio autor en otro de sus textos—, el héroe de los poemas de la resistencia. Su muerte es un acto performativo, el mensaje de la resistencia se transfiere inmediatamente y se convierte en pura poesía.
Propuestas inusuales nos brinda Juan Jorge Faundes. Sin embargo, el miedo de conocernos a nosotros mismos ante tal obra no debe evitar su lectura. Sirva el arte de estos revolucionarios para perpetuar la lucha del pueblo chileno, para conseguir el apoyo que necesita y aliviar, si es que se puede, las secuelas de la dictadura.
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