«…Poesía, perdóname por haberte ayudado a comprender que no estás hecha sólo de palabras… agradecido te saludo poesía porque hoy al encontrarte (en la vida y en los libros) ya no eres solo para el deslumbramiento, gran aderezo de la melancolía. Hoy también puedes mejorarme, ayudarme a servir, en esta larga y dura lucha del pueblo…».
Roque Dalton
Poesía como arma es parte de la colección Historias desde abajo, que coordinan las editoriales Ocean Sur y Ocean Press, las cuales, para este trabajo, ponen su atención en autores jóvenes, y se dirigen también a un público joven, pensándose, principalmente, para las nuevas generaciones militantes. De esta manera, con esta colección se propone la reconstrucción de la historia de estas luchas desde otra perspectiva. El libro en cuestión, anteriormente mencionado, es una compilación de poetas, principalmente españoles, unidos por un objetivo común: la “lucha”, y que utilizan como arma la palabra, es decir, la poesía.
La compilación aparece bajo la autoría de Mariano Garrido, joven militante de los derechos humanos en Argentina, docente y maestro de grado. Ha coordinado talleres de literatura para niños y adolescentes y colabora en publicaciones culturales; es graduado de Letras.
El autor declara que la antología parte de una base elemental y es que, la poesía, si bien es una forma particular del uso del lenguaje, no está en ninguna medida, desvinculada de la actividad humana de comunicar; por tanto, no permanece al margen de la historia ni de la sociedad ni, incluso, del propio lenguaje.
El libro reúne poetas que pusieron su obra a disposición de las masas, es decir, al servicio de la vida: en defensa de una causa popular, contra el fascismo, a favor de la revolución, tal como el propio autor lo dice: «Cantan para exaltar al héroe popular (individual o colectivo), para denunciar una injusticia, para lamentarse ante el crimen enemigo o por la ejemplaridad de una gesta del propio bando».[1]
El tiempo que enmarcó la escritura de estos poetas españoles compilados fue la Guerra Civil Española, en la que, el papel de la cultura fue fundamental, no solo como defensa o «herramienta de combate» sino como parte de una concepción. La cultura nunca dejó de estar presente, ni en los peores momentos del franquismo. En las trincheras y sus alrededores se desarrollaban actividades educativas para los momentos en los que no se peleaba en el frente.
¿De dónde venís?/ ¡Del frente, / buscando lo que nos falta! / ¿Y a dónde iréis? / ¡Volveremos al frente, pero con armas!... [2]
Romancero de la defensa de Madrid
José García Pradas
Violencia y brutalidad caracterizan a la perfección el tiempo en que se desarrolló el fascismo, que fue sin duda alguna, el principal enemigo del arte y la cultura. Ello se ve ejemplificado, de manera general, con la quema de libros, los campos de concentración y la persecusión a intelectuales, prácticas que luego fueron repetidas también por las dictaduras proyanquis en toda América.
La producción poética de este momento tuvo dos tipos de creaciones: por una parte, decenas de poetas consagrados de España y de todo el mundo que produjeron obras en homenaje a la República y sus héroes; por otro lado, soldados, campesinos, obreros y escritores anónimos necesitaron expresarse; de ahí surgieron numerosos autores de los que algunos ni siquiera se tiene conocimiento. A raíz de esto, surge una nueva forma de escritura con nuevas características. De ellas, musicalidad en el romance fue la que proliferó y, por su ritmo y su verso, fue la más utilizada. La misma recuerda a los cantares de gesta. Lo cierto es que el arte, la cultura y el pueblo fueron una tríada inseparable:
Quiere verse dueño y uno / con todos los demás hombres. / Quiere libro, pan, respeto / cama, labor, diversiones, / y todas las cosas buenas / que hace el hombre para el hombre, / o da la naturaleza / para que el hombre las tome.
Bajo la lluvia inverniza / y entre los canones / le veo por la ciudad devastada, serio y noble / como un vastago que busca su raíz. / Este es el hombre.[3]
Romancero general de la Guerra Española
José Moreno Villa
En el caso de los poetas que fueron incluidos en la antología como representación de Hispanoamérica, cabe destacar que, lógicamente por cuestiones de extensión no es una basta selección, pero, los poetas incluidos son, sin dudas los mejores del inmenso historial vinculado con la guerra, así, se incluyeron poetas de las llamadas Generaciones literarias al igual que en el caso de España. Por ejemplo, Antonio Machado de la del 98’, Rafael Alberti de la del 27’ y Miguel Hernández de la del 36’.
Entre los poetas hispanoamericanos: María Luisa Carnelli, Raúl González Tuñon (Los niños muertos, refleja con increíble realismo lo que sucedía en Madrid), Nicolás Guillén (La voz esperanzada, poema declarativo de su sentimiento americano fuertemente arraigado, pero que demuestra su indiscutible vínculo con España y se solidariza con su causa), Vicente Huidobro, Pablo Neruda, César Vallejo y Antonio Yunque fueron la representación latinoamericana en el libro, la que, no pudo ser mejor.
Así se muestran dos contientes alejados, pero, con historias estrechas que se unen en pos de la defensa de las causas justas y demostrando que aún en los momentos difíciles siempre aparecerá una pluma para escribir y siempre habrá una historia que contar. De esta manera, reformulando la célebre frase del famoso filme Casablanca: «siempre nos quedará literatura».
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