Un primer análisis del texto nos sugiere que se trata de un documento muy poco original que reitera los mismos objetivos, prioridades políticas y lenguaje de otros esfuerzos similares hacia América Latina y el Caribe durante estos casi cuatro años de la Administración Trump. Su visión y alcance no aporta ningún elemento novedoso y se enmarca en la retórica tradicional que ha caracterizado a este gobierno con relación a los países de la región. No obstante, dado el impacto que tienen las decisiones en materia de política exterior de Estados Unidos hacia Nuestra América, resulta de interés conocer los elementos fundamentales que aborda este “Marco Estratégico”.
El documento consta de los siguientes acápites: propósito del Marco, contexto estratégico, objetivo deseado y líneas de trabajo con sus correspondientes acciones priorizadas. De principio a fin, el texto está plagado del típico lenguaje engañoso y edulcorado de los calificados como documentos estratégicos de Estados Unidos que reflejan una interpretación sesgada de la realidad de nuestros países y se proponen unas metas muy alejadas de los verdaderos intereses de los grupos de poder.
Con relación al contexto estratégico, el documento afirma que los profundos vínculos geográficos, económicos y culturales hacen que la región sea vital para la seguridad nacional, la paz y la prosperidad de Estados Unidos. Señala que el Hemisferio Occidental tiene abundantes recursos naturales, incluyendo petróleo y gas, así como metales preciosos. Refiere que cooperan en materia de salud como en el cado de la COVID – 19. Precisa que en la región persisten desafíos en múltiples frentes como son: los regímenes dictatoriales represivos que amenazan la seguridad regional, la incidencia de las organizaciones del crimen organizado transnacional, los países adversarios que desarrollan una influencia negativa, la inestabilidad económica, la inseguridad, el tráfico de drogas, la migración descontrolada, los desastres naturales y las enfermedades. Enfatiza que todas estas amenazas pueden expandirse por la frontera y afectar al territorio estadounidense.
Sobre el objetivo fundamental de esta iniciativa plantea: “la principal meta del compromiso de Estados Unidos con el Hemisferio Occidental es apoyar una región próspera, segura y democrática en la cual pueda unirse para que avancen los intereses mutuos”. Agrega que este propósito incluye una fuerte coalición de gobiernos que sean capaces y estén dispuestos a compartir responsabilidades en el Hemisferio y a nivel global. Sobre este aspecto, enfatiza que debe visualizarse un futuro en el que los ciudadanos sean representados por sus líderes a través de elecciones libres y justas, “así como la democracia y el imperio de la ley tiene que retornar de manera pacífica a Nicaragua, Venezuela y Cuba”.
El documento recoge cinco líneas de trabajo principales: darle seguridad al territorio estadounidense; avanzar en el crecimiento económico y expandir el libre mercado en las Américas; reafirmar el compromiso de la región con la democracia y el imperio de la ley; contener la agresión económica y la influencia política negativa, así como expandir y fortalecer la comunidad regional de socios afines.
Sobre la primera proyección, el texto destaca como acciones priorizadas: la prevención de la migración ilegal y descontrolada, el tráfico y la trata de personas a través de un efectivo monitoreo y control de las fronteras; combatir las organizaciones del crimen organizado transnacional y el tráfico de drogas, así como fortalecer los marcos legales para reducir el lavado de dinero y la corrupción; asegurar la efectividad de las relaciones en materia de aplicación de la ley con los socios afines y apoyar en la construcción de capacidades para la policía; avanzar en las relaciones de defensa y seguridad, limitar la influencia de los actores dañinos y promover la profesionalización de los militares.
Con relación a la segunda proyección, se confiere especial interés al avance de la iniciativa económica ”América Crece”. Las acciones priorizadas que contempla son: promover prácticas de inversión y comercio libre, justo, recíproco y transparente; impulsar la energía y la seguridad de la infraestructura, mejorar la protección de los derechos de propiedad intelectual y potenciar la innovación; así como apoyar el crecimiento en las opciones de trabajo.
Sobre la tercera proyección vinculada a la “democracia”, señala que Estados Unidos continuará trabajando con sus socios democráticos en la región para desafiar a los “regímenes autoritarios en Cuba, Venezuela y Nicaragua”. En ese sentido, se plantean como acciones priorizadas: “promover esfuerzos para restaurar los derechos humanos y la democracia en Nicaragua y Venezuela, así como apoyar una transición hacia la democracia en Cuba”; liderar el respeto por los derechos humanos y la participación de la sociedad civil en la región; apoyar las elecciones libres y justas sin la interferencia de actores dañinos.
Sobre la cuarta proyección, destaca que los actores externos han incrementado su influencia económica y política en el Hemisferio Occidental a través de las inversiones, la diplomacia, los medios de difusión y las instituciones de seguridad. Pone como ejemplo a la República Popular China. Entre las acciones priorizadas menciona: construir vínculos más fuertes entre Estados Unidos y el sector privado; trabajar con los socios para desarrollar marcos que permitan relaciones comerciales responsables que no socaven los puestos de trabajo estadounidenses y las oportunidades de inversión; así como continuar liderando en organizaciones internacionales y multilaterales. Con relación a la quinta proyección, señala que “los pueblos del Hemisferio comparten ampliamente nuestros valores de la libertad, la democracia y el libre mercado”. Precisan que debe fortalecerse el trabajo en la OEA, el Banco Interamericano de Desarrollo, la Conferencia de Ministros de Defensa de las Américas, la Alianza del Pacífico y el Grupo de Lima.
En esencia, el documento presenta a Estados Unidos como el “gran socio” que está motivado esencialmente por salvar a la región de todos sus males, problemas e incapacidades, lo que está muy lejos de las intenciones y políticas desplegadas por el gobierno de Trump.
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