Contrapunteo

México a por su primera mujer como jefa de Estado

27 nov. 2023
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Durante la tercera semana de noviembre inició formalmente en México el período de precampañas de cara a las elecciones generales de junio de 2024. Con la elección de 128 senadurías, 500 diputaciones federales y la presidencia de la república, serán los comicios más grandes de la historia del país. Y es que además, se votarán 19 634 cargos locales en los todos Estados, entre diputaciones locales, presidencias municipales, sindicaturas y regidurías. En los Estados de Chiapas, Ciudad de México, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán se elegirán las gubernaturas. 

El presidente Andrés Manuel López Obrador no buscará reelegirse tal y como prometió. ¿Quién tiene entonces la misión de continuar su legado? AMLO entregó en septiembre pasado, el batón de mando de lo que él llama el Movimiento por la CUARTA Transformación a Claudia Sheinbaum. La exjefa de la Ciudad de México fue elegida en un proceso interno del partido en el poder como la candidata presidencial oficialista para las venideras elecciones de junio de 2024.

No hubo sorpresa alguna: Claudia Sheinbaum es, tal y como se vaticinaba, la apuesta de la izquierda mexicana para mantenerse a la cabeza del estado por otro sexenio y consolidar el proyecto transformador emprendido por López Obrador. Fue elegida a través de un sistema de encuestas, que no son comicios primarios. Es decir, no se votó por uno y otro candidato, sino que mediante un grupo de preguntas, algunas de ellas interpretativas, la militancia de Morena, el Partido Verde y el Partido del Trabajo optaron por caracterizar su aspirante favorito.

Las respuestas se llevaron a porcentajes numéricos y Sheibaum ganó por más de 10 puntos de ventaja en las 5 encuestas, con un resultado promedio del 39,4%.

Lo que sí introdujo un ruido en el proceso inmediatamente, y que ha repercutido desde entonces negativamente en la carrera hacia la campaña, fue la reacción del contendiente que quedó segundo y que desde el inicio era el finalista a disputarse este puesto con Claudia. Se trata de Marcelo Ebrard, un político de gran trayectoria, incluso en partidos que ahora le hacen la oposición a AMLO, pero con un desempeño valiosísimo como secretario de relaciones exteriores en esta gestión, el hombre que ayudó a Obrador a consolidar su liderazgo indiscutible en América Latina. Ebrard no reconoció la victoria de su compañera de militancia, habló de irregularidades y pidió repetir el análisis de las encuestas, incluso la emprendió duramente contra el presidente del partido, Mario Delgado.

El descontento manifiesto del excanciller fue aprovechado al instante por la oposición que vio una brecha para atacar y debilitar a Morena. De hecho, lo ha venido haciendo por adelantado. Desde mucho antes, la candidata por la oposición Xóchitl Gálvez le estuvo metiendo la idea a Ebrard de que «le estaban jugando chueco», o sea, había algo torcido. Y hasta lo invitó a sumarse a su partido.

Desde entonces, se abrió otra posibilidad, que Marcelo abandonase ambos bandos y se sumase a una tercera fuerza minoritaria: Ciudadanos, pero que viene ganando terreno político y aspira también a presentar un candidato a las presidenciales. De hecho, el líder del Movimiento Ciudadanos propuso a Ebrard registrarse como aspirante independiente por sus filas, pero hubo silencio varias semanas hasta que recientemente, el exsecretario de exteriores anunció su disposición a quedarse en Morena e incluso dejó abierta la posibilidad de un diálogo con su antagonista, Claudia Sheinbaum.

A pesar de este llamado a capítulo, no son pocos los militantes oficialistas que no ven con buenos ojos a Ebrard y piden ahora su expulsión de la tolda política. «Ha antepuesto sus intereses personales ante los del pueblo de México, y su ambición por el poder lo ha convertido en una persona en la que ya no se puede confiar», se lee en el escrito que llevaba casi 3 300 firmas a una semana de haber sido publicado.

Es oportuno entonces que López Obrador, como líder, pero todo el movimiento en general, intente calmar las aguas y sumar a Ebrard en lugar de restarlo. AMLO desde el primer minuto comenzó a hacerlo, lo llamó «buena persona, buen dirigente y amigo» y le pidió que piense en el interés superior para el país.

Es cierto que Sheinbaum siempre fue pintada como la preferida del actual presidente, pero él prometió no interferir en la campaña, más allá de sus simpatías. Eso sí, es la figura con un pensamiento y una proyección más parecida al líder mexicano y ambos se han probado lealtad por mucho tiempo de trabajo político conjunto. Pero decir que fue un dedazo, que AMLO la eligió a dedo para sucederlo, es irresponsable e inexacto, la gente pudo decidir, y no en una, sino en 5 encuestas a nivel nacional.

Lo que sí apunta a una certeza es que México tendrá, muy probablemente, por primera vez en su historia una mujer al frente de sus destinos como nación, eso deja un mensaje poderoso de querer cambiar a lo grande, en un país con un machismo enquistado y diez feminicidios por día.

Xóchitl Gálvez fue oficializada poco antes que Sheinbaum como candidata presidencial para los comicios del año próximo. Es la apuesta unificada de la oposición que ha concentrado fuerzas para sacar a la izquierda del poder.

Gálvez es ingeniera y empresaria con orígenes indígenas, anda en bicicleta y vende una «regla de oro» con palabras fuertes para advertir que no se codeará con personas corruptas ni simuladoras ni vagas. Se volvió viral en redes después de decir que vendía gelatinas para pagar sus estudios. Fue designada en un proceso primario, representará a su partido Acción Nacional, pero también a Revolución Institucional y Revolución Democrática, es decir, los conocidos PAN, PRI y PRD ahora reunidos en la alianza Frente Amplio por México que aspira a derrotar a la coalición Juntos Hacemos Historia, el bloque oficialista que aglutina a los partidos Verde, del Trabajo y a Morena.

Sheinbaum o Xóchitl eso se decidirá en 2024. Edades muy similares: 61 y 60 años, una académica y una empresaria, una comprometida con transformar México, otra que propone las viejas políticas mexicanas pero digamos que con un reempaque, porque se muestra un poco outsider de los tradicionales, aunque ellos la auparon. Por lo pronto, aunque es prematuro y esto está apenas empezando, la que lleva la delantera en la mayoría de los sondeos de opinión es Claudia Sheinbaum, que con seguridad en sí misma, ya muestra ánimo de triunfo: «va a haber presidenta de la república y será de la Cuarta Transformación».

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