Proposiciones

Martí, Fidel y el periodismo (tercera parte y final)

28 jul. 2017
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Los criterios de Martí sobre la prensa norteamericana los profundiza en gran medida, cuando toma distancia de los temas que la ocupan y señala los males que padece y el tipo de ejercicio periodístico que se necesita, para darle dignidad a la misma y no estar comprometido con el pago de honorarios que generalmente vacían de sentidos los mensajes que necesita la población

 «No es eso lo que este periódico falta, no cordura, que es mucha en ellos, ni el genio que centellea a cada paso, sino el desinterés, que falta también a la nación —el calor humano, que consiste en verse a la vez como persona suelta y como parte del mundo, y no por sobre él, y como si nada se le debiera, o se le mirase como mera fuente de noticias—, y la autoridad, el desembarazo, la fuerza, la fiereza, que en vano finge el escritor que disimula su opinión, o calla de ella lo que es cierto y no conviene al empresario que le paga. Se ve la garra en estos diarios, y suenan a hueco».[1]

O sea, a pesar de su corta edad, Martí ya adopta la actitud del periodista ético, valiente y osado que siempre fue. Más tarde, mientras vive en los Estados Unidos, demuestra que la pureza deviene en conducta que marcaría su vida: «Una tormenta de injurias fue la prensa, y lo es aún ahora. Cuando se ensalza aquí, el mundo entero lo oye, pero cuando acá se lapida, las piedras son montañas».[2]

Fidel, como político y periodista también ha podido expresar en varias ocasiones su opinión de la prensa norteamericana: «Esa es la libertad de prensa con que cuentan, como regla, los que se ven obligados a laborar con las grandes empresas de la publicidad y la información, muchos de los trabajadores intelectuales de la prensa».[3]

«Yo no digo que exista una falta total de libertad de prensa, de vez en cuando hay un periodista que escribe unas cuantas verdades. Hay periodistas que hacen análisis, investigaciones y otros esfuerzos; hay muy buenos periodistas norteamericanos. ¡Ah!, pero publican una vez nada más; el segundo artículo ya no llega, porque las presiones bajan desde la Casa Blanca hasta niveles bastante modestos, que aconsejan en nombre de supuestos intereses nacionales no tocar esto o lo otro».

Retos para la prensa cubana

Cuba es una Isla con firmeza en las ideas, sus hombres y mujeres hacen gala de dignidad y heroísmo. Los profesionales de la prensa no son la excepción. A diferencia de otros países del hemisferio, en las redacciones y los informativos cubanos el principal caudal es la verdad y no el dinero. Es cierto que, por momentos, hemos errado y cabría preguntarse ¿qué proceso auténticamente revolucionario no ha tenido aciertos y desavenencias?

Sin embargo, no ha existido crisis alguna de moral, de la que sería muy difícil supervivir. La confianza del pueblo es una de las más difíciles tareas que tiene un medio de difusión como meta. En Cuba, la prensa acompaña a la Revolución y al pueblo; y si en alguna medida no ha sido digno reflejo o no ha tenido la perspicacia de escudriñar en lares pútridos o carcomidos, como hemos esperado, no ha sido por falta de libertades o negación de autoridad. El Partido respalda a la prensa y le anima a ejercer, con talento y agudeza, su rol en la sociedad, sin miedo a la crítica y su empleo o ser víctimas de censura.

Así lo ha expresado Fidel: «es mejor que lavemos los trapos sucios antes de que los trapos sucios nos sepulten por estarlos guardando. Nuestro partido no subestima en lo más mínimo el trabajo de los periodistas, nuestro partido está consciente de su extraordinaria importancia; y en el desarrollo de la excepcional tarea que tienen ustedes, tendrán de aliado al partido. Y nuestra sociedad y nuestro pueblo aprecian y comprenden la tarea compleja, delicada y decisiva que tiene nuestra prensa revolucionaria».[4]

El capital de vergüenza profesional alcanzado por quienes laboran en la prensa cubana, tiene su mejor representación en el pensamiento martiano de que «No hay monarca como un periodista honrado». La prensa cubana «debe ser fiel a los acontecimientos, permeada de una ética, apegada a la veracidad y a la inmediatez, y más importante aún, debe ser partidista, o sea, la afiliación del periodista a su ideología, a su patria y a su pueblo».

Para estos días, la prensa cubana también transforma y se transforma como parte del proceso de Actualización del Modelo Económico y Social cubano. Su protagonismo es fundamental. Como vehículo para divulgar las ideas, mostrar argumentos, exponer realidades; hace la mejor evaluación del desarrollo de dicho proceso. Con un día a día más comprometido, más dirigido a un periodismo de investigación y análisis. A sus profesionales les corresponde comprender la encomiable misión que le ha dado el Partido, la honorable responsabilidad que le otorgó el pueblo.

Fidel ha dado la guía, corresponde entonces hacer el camino. «Un periodismo digno, ético, independiente del poder imperial y dependiente de la más justa y hermosa Revolución de un pueblo valiente, de historia mayor, es un valor superior e incomprensible para quienes disfrutan ser una mercancía más en el mercado y también algo muy distante de los que sin desearlo se ven obligados a no escribir lo que sienten y piensan».[5]

En las directrices contenidas en el discurso de clausura de la Primera Conferencia Nacional del PCC, el 29 de enero de 2012, Raúl Castro hacía hincapié en la necesidad de «incentivar una mayor profesionalidad entre los trabajadores de la prensa, (…) para entre todos, con paciencia y unidad de criterio, perfeccionar y elevar continuamente la efectividad de los mensajes y la orientación a los compatriotas». 

Para cumplir con esta misión, los objetivos aprobados en dicha Conferencia trazan la ruta a seguir. En su esencia se sustentan los principales valores martianos y la concepción de Fidel sobre el papel de la prensa. Los objetivos del Capítulo II sobre el trabajo político e ideológico así lo reflejan, específicamente el 49, 52, 54, 67, 69, 70, 71 y 72. En ellos se sintetizan la necesidad de utilizar los medios de prensa como herramienta para el desarrollo del conocimiento, arma de lucha ante los enemigos; en la formación político ideológica del pueblo y la expresión de la verdad.

Con un profundo sentido humanista y ecuménico, signado por la profesionalidad como virtud. En llevar a cabo su implementación, en ser fieles a su contenido, está el cumplimiento de la máxima martiana que indica: «Tiene la prensa periódica altísimas misiones; (…) hacer estudio de las graves necesidades del país, fundar sus mejoras, facilitar así la obra a la administración que rige».[6]

El reto está delineado: hacer un periodismo ejemplar y honrado es la misión de los profesionales. En el futuro está la verdad, lo que se haga en el día a día es la manera de alcanzarlo.

«De todas formas, si trabajamos bien, si hacemos las cosas como debemos, nosotros estamos seguros de que nuestra prensa y nuestro periodismo, al igual que la Revolución, tendrán en el futuro un gran porvenir, y que el trabajo de nuestra prensa revolucionaria será cada vez más importante, más decisivo, en la medida en que nuestro pueblo será cada vez más exigente».[7]

Existen muchos elementos en común entre el periodismo de José Martí —fundamentalmente el realizado en Patria— y el que hiciera Fidel Castro. Es que existe mucho de Martí en la vida y obra de Fidel. No sólo en un periodismo que pudiésemos llamar revolucionario o en función de la Revolución se establecen similitudes entre ambos. Pues más bien las ideas son las que convergen en diferentes momentos de sus vidas y el periodismo ha sido, mayormente, la forma de expresarlas.

 



[1] Martí Pérez, José: Obras Completas. Carta a Manuel Mercado, 1895. Ed. Archivo de la Biblioteca Nacional de Cuba. La Habana.

[2] Ibídem.

[3] Castro Ruz, Fidel: Discurso pronunciado en la clausura del VII Congreso de la FELAC, 1999. Disponible en http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1999/esp/f121199e.html.

[4] Castro Ruz, Fidel: Discurso pronunciado en la clausura del III Congreso de la UPEC, 1974. Disponible en http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1974/esp/f290674e.html.

[5] Marrero González, Juan et all. (s/f). El periodismo en la Revolución Cubana. Disponible en: http://www.cubaperiodistas.cu/index.php/el-periodismo-en-la-revolucion-cubana/.

[6] Lemes Batista, Ariel: Palabra y pluma ardiente: el periodismo de José Martí. Disponible en: http://www.monografias.com/trabajos23/palabra-pluma-marti/palabra-pluma-marti.shtml#ixzz4SqhXQtLW.

[7]  Castro Ruz, Fidel: Discurso pronunciado en la clausura del III Congreso de la UPEC. Disponible en http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1974/esp/f290674e.html, 1974.

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