El desarrollo alcanzado por los medios de comunicación social (radio, cine, televisión, a los que se suman en décadas recientes el video e Internet), sin excluir la prensa -uno de los medios de comunicación más antiguos- sentó las bases para un uso intensivo de la guerra mediática en estos tiempos.
Diversas características están presentes en la guerra mediática del Gobierno norteamericano contra Cuba, entre las que pueden señalarse:
- La manipulación de las opiniones con fines perspectivos.
- Las acciones se apoyan en la difusión de ideas y actitudes que no son evidentes para el objetivo de estas.
- Sus objetivos se dirigen a controlar las actitudes de grupos sociales por medio de métodos' psicológicos y, de esta forma, subordinar sus acciones a intereses tácticos y estratégicos de la política exterior norteamericana.
- Se deben provocar cambios de opiniones y sentimientos mediante procesos de persuasión que conduzcan a la acción social.
La elaboración de un concepto operacional de guerra mediática se sustenta en las siguientes premisas:
- Los medios de comunicación que se emplean.
- El carácter ideológico de esta actividad.
- Los fines políticos que encierran.
- Las direcciones, propósitos y objetivos trazados.
- La utilización de las Ciencias Sociales y Técnicas en su elaboración.
- El escenario en que se promueve.
- La elaboración de la información en que se sustenta, y la metodología empleada.
- Los niveles organizativos que se requieren para la formulación de los planes.
En mi criterio, se puede definir, de manera tentativa, la guerra mediática de la siguiente manera:
La guerra mediática constituye un proceso de comunicación social de carácter subversivo en función de intereses de Seguridad nacional de un Estado, a través del cual una persona, grupo, clase social o institución, ejecuta acciones con el propósito de influir en los gustos, sentimientos, emociones y la conciencia política de otras personas, grupos o clases sociales para que modifiquen su conducta en interés de los fines del ejecutor. Abarca las diferentes formas de la conciencia social, entre las que pueden señalarse: la filosofía, el arte, conciencia jurídica, la concepción ética, científica y política, y la ideología religiosa, así como la psicología social.
¿Cuáles son las características de la guerra mediática de los Estados Unidos contra Cuba? :
- Las acciones se promueven de manera planificada y en sistema por la comunidad de inteligencia de los Estados Unidos.
- Utilización intensiva y extensiva de las ciencias sociales y técnicas.
- Uso racional y operativo de los medios de comunicación social.
- Participación activa de los centros de pensamiento dedicados a los estudios políticos y sociales.
En cuanto a la estructura de la guerra mediática contra Cuba, se señala lo siguiente:
- El Consejo de Seguridad Nacional, que dirige la política contra nuestro país en todos los órdenes.
- Grupos o Centros de Estudios sobre Cuba vinculados con los Servicios Especiales Norteamericanos y los Grupos de Estudios Cubanos de la CIA, los que proponen políticas a seguir.
- La United States Information Agency (USIA) -Agencia de Información de los Estados Unidos- que lleva a cabo los objetivos estratégicos contra sectores o grupos sociales en Cuba, para lo cual utiliza a la emisora subversiva Radio Martí.
El principal instrumento de la guerra mediática es la Agencia de Información de Estados Unidos que, en los años cincuenta desempeñó un papel sustancial en el conflicto contra la Unión Soviética y demás países socialistas del Este europeo. Sustituye al aparato de propaganda oficial del gobierno estadounidense a través del cual se transmite al mundo entero los lineamientos aprobados por el Ejecutivo y el Consejo de Seguridad Nacional.
En cada embajada de Estados Unidos, se desempeña un funcionario de la USIA con el rango diplomático de primer secretario, subordinado directamente, en sus tareas, al Centro Principal de la USIA en Washington.
No puede omitirse la existencia de su Departamento de Información y Análisis, cuyas funciones son:
- Depurar, sistematizar y analizar los datos sobre el trabajo realizado por los funcionarios de las agencias.
- Evaluar los resultados de las direcciones, propósitos y objetivos de la guerra mediática.
- Considerar su impacto en el exterior, en especial en países blancos de la actividad.
- Renovar medios y métodos de trabajo.
- Preparar los informes y materiales de la USIA para ser publicados en la prensa.
Importante medio radial es la VOA -Servicio de Transmisiones Radiales de la USIA- fundada el 24 de febrero de 1942, la que se conoce en los medios de los Servicios Especiales de esa nación como la vanguardia de la propaganda moderna.
En un análisis de la guerra mediática contra el socialismo en la etapa de la Guerra Fría se debe hacer referencia al papel desempeñado por las emisoras Radio Europa Libre y Radio Libertad, que junto a Radio en el Sector Americano (RIAS), por sus siglas en alemán, -emisora ilegal radicada en Berlín Occidental que transmitía hacia la República Democrática Alemana (RDA)-, fueron importantes antecedentes de la emisora subversiva Radio Martí y de las fonías contrarrevolucionarias de origen cubano.
Los centros de pensamiento, conocidos en la literatura política norteamericana como «tanques pensantes», asociados a la guerra mediática cumplen importantes tareas: Desarrollan tácticas y estrategias.
- Estudian y pronostican en relación con las vulnerabilidades de la sociedad objeto de estudio.
- Participan en la instrucción, preparación y capacitación de los especialistas.
- Elaboran materiales políticos para ser utilizados en la guerra mediática.
Entre las más relevantes direcciones de trabajo se pueden mencionar las siguientes:
- Provocar la hostilidad.
- Fomentar el desacuerdo.
- Exaltar los egoísmos particulares.
- Provocar el desánimo o derrotismo.
- Favorecer la subversión.
Las campañas de propaganda son operaciones de guerra mediática diseñadas, planificadas y ejecutadas por los Servicios Especiales con el fin de promover acciones de subversión político-ideológica en el teatro operativo. Son el resultado de un estudio sociológico, político, económico y militar. Se expresan de forma constante y sistemática; participan las diferentes formas de propaganda (negra, gris, blanca) y en ellas intervienen, armónicamente integrados, todos los medios de comunicación social, los centros de pensamiento, los aparatos de inteligencia y subversión política. Un estudio y análisis operativo de las campañas de propaganda permite deducir los lineamientos estratégicos de la nación que agrede en relación con la nación agredida.
Los filósofos que promovieron la guerra mediática en los años cincuenta del siglo XX entre los que se puede mencionar a P. Lineberger y H. Osterode han propuesto la denominación fórmula STASM, para utilizarla en la elaboración de la guerra mediática, que significa:
S- Source (fuente)
T- Time (tiempo)
A- Audiencia (audiencia)
S- Subject (asunto)
M- Missión (tarea)
El programa de operaciones encubiertas aprobado por el presidente
Eisenhower, el 17 de marzo de 1960, definía puntualmente como habría de
emplearse, en ese momento, la propaganda radial contra Cuba y su modus operandi.
Los aspectos más importantes fueron:
- La creación y empleo de una estación radial de alta potencia de onda corta y media.
- La CIA era responsable de preparar la estación fuera de los límites de territorio de ese país y tenerla lista para operar en 60 días.
- La Isla Swan, en el Caribe, se seleccionó para establecer la estación,
que en un principio debió ser revelada como clandestina, pero antes del inicio de las transmisiones se le ofreció cobertura de una emisora comercial.
- Con el apoyo de la Marina de Guerra de los Estados Unidos se construyó un aeropuerto en la Isla Swan, para facilitar el traslado de los equipos de transmisión hacia ese territorio.
El 17 de mayo de 1960, comenzaron las transmisiones radiales de Radio Swan dirigidas a Cuba.
Documentos desclasificados de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) demuestran que Radio Swan se convirtió en el vocero de la contrarrevolución de origen cubano en el exterior, así como hacia el interior de Cuba.
Durante el desembarco de la Brigada 2506 por Playa Girón, en abril de 1961, esta emisora transmitió información para ofrecer apoyo táctico a los mercenarios y al coordinar sus acciones con otras estaciones de radio de América Latina y el Caribe y agencias de noticias internacionales, creó estado de opinión en tomo a los acontecimientos que estaban sucediendo, conformando una visión enteramente tergiversada de los hechos.
En un informe de especialistas de los OSE de Cuba, con fecha de abril de 1961, se expresa: «(...) Radio Swan es, además, medio de comunicación de la CIA con las bandas terroristas que azotan el Escambray mientras huyen de nuestros batallones de Milicias y demás fuerzas revolucionarias que personalmente dirige nuestro Primer Ministro Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.»
Cuando comenzó la invasión mercenaria por Playa Girón, Radio Swan emitió un mensaje que anunciaba, para la quinta columna interna, que la «Operación Pluto» se había desencadenado.
El mensaje refería:
¡Alerta! ¡Alerta!. Miren bien el arco iris. El pez pronto saldrá. Chico está en la casa. Vístelo. El cielo es azul. Coloque la información en el árbol. El árbol es verde y carmelita. Las cartas llegaron bien. Las cartas son blancas. El pez no se demora en salir. El pez es rojo.»
En ocasión de la Crisis de Octubre, el gobierno de los Estados Unidos elaboró, el 20 de octubre de 1962, un plan especial de transmisiones. El propio presidente John F. Kennedy instruyó a la USIA que aumentara, de manera considerable: su capacidad de transmisiones, las frecuencias, horas de emisión y cantidad de emisoras transmitiendo directamente hacia Cuba.
Una vez pronunciado el discurso del 22 de octubre (1962) del presidente
Kennedy, la USIA desencadenaría un plan de saturación informativa hacia Cuba mediante transmisiones las 24 horas del día.
Una de las direcciones de la actividad de las transmisiones radiales utilizadas contra Cuba, son las fonías contrarrevolucionarias o emisoras piratas. En 1961 aparecen registradas las primeras de ellas simulando transmitir desde las montañas del Escambray y el oriente del país.
Entre 1960 y 1970 se registraron ocho emisoras piratas que transmitían desde la Florida en bandas de radio aficionados en diferentes horas y días. A partir de 1985 recrudecen sus actividades coincidiendo con la creación, en ese año, de la emisora subversiva Radio Martí.
Entre sus principales direcciones informativas se registran, desde un inicio, las siguientes:
- Incitar a la eliminación física del Comandante en Jefe.
- Descrédito del liderazgo del Comandante en Jefe.
- Divulgar las medidas del bloqueo económico de Estados Unidos contra Cuba.
- Desacreditar las transformaciones políticas, sociales y económicas de la Revolución.
- Inducir a la realización de actividades de subversión y terrorismo.
- Dañar la imagen de la Revolución cubana en el exterior.
- Estimular las salidas ilegales y la emigración de profesionales y especialistas de alta calificación.
- Convocar a la resistencia pasiva en la población.
- Llevar a cabo campañas de propaganda con informaciones falsas y desinformaciones, como una supuesta participación de Cuba en violaciones de los Derechos Humanos, el narcotráfico, el apoyo a acciones de terrorismo internacional, entre otras.
Al concluir el presidente James Carter su mandato en 1980, se operan ambios sustanciales en la política de los Estados Unidos hacia Cuba. Una de sus direcciones principales consistiría en promover la propaganda con fines integralmente subversivos y así aniquilar la Revolución desde afuera y adentro.
El neo-conservadurismo de extrema derecha, enemigo visceral de la Revolución, el criptofascismo (fascismo enmascarado) se había adueñado del poder ejecutivo con la presencia de Ronald Reagan en la Casa Blanca.
Como consta en documentos especializados desclasificados de los Estados Unidos e investigaciones realizadas en Cuba, a partir de 1980 la Comunidad de Inteligencia de los Estados Unidos se propuso, en relación con Cuba, como uno de sus objetivos priorizados, reestructurar el sistema de la campañas de propaganda, para que su contenido se encuentre en directa correspondencia con los planes dirigidos a establecer en Cuba condiciones para un movimiento interno de oposición. En este contexto, se insertaron los planes de crear una emisora específicamente dirigida contra Cuba para tales fines.
Según análisis de funcionarios de la Agencia Internacional de Comunicaciones de los Estados Unidos (USICA), por sus siglas en inglés, -nombre adoptado por la USIA en los años ochenta y que luego volvería a nombrarse USIA-, Estados Unidos no tuvo éxitos en promover la «disidencia política» en Cuba. Tal situación, no obstante, no implicó que el gobierno de los Estados Unidos desistiera de este propósito, aunque sus esfuerzos, hasta nuestros días, se han caracterizado por ser un rotundo fracaso.
Un examen de la guerra mediática de los Estados Unidos contra la Mayor de las Antillas, en el período 1980-1999, nos permite definir las siguientes funciones: Argumentar, sobre la base de la desinformación, el engaño, la mentira, la calumnia, la tergiversación de los hechos y la falsa objetividad, la política de Estados Unidos hacia Cuba dirigida, en caso de estimarse conveniente, a desencadenar medidas de agresión militar, así como, reforzar el bloqueo económico y entorpecer nuestras relaciones con los países de América Latina y el Caribe
En el período de la presidencia de George W. Bush, con los programas subversivos elaborados y demás acciones de subversión política, guerra económica, apoyo a la mafia cubano-americana de la Florida, estas funciones persistirían de manera intensiva y extensiva.
Los temas tratados en las diferentes campañas de propaganda puestas en marcha por el imperialismo, reflejan los enfoques estratégicos de los planes de desestabilización de los Servicios Especiales Norteamericanos. Entre los aspectos que más se han manipulado por los medios de comunicación social, en relación con la Isla se encuentran:
- La tergiversación de la solidaridad cubana hacia otros pueblos del
mundo. Sobre todo en América Latina.
- Violación de los Derechos Humanos en Cuba.
- La presencia de Cuba en África.
- Las supuestas vinculaciones cubanas con el terrorismo y el narcotráfico.
- La existencia de formas totalitarias en el Estado Cubano.
- El fracaso del modelo económico cubano.
- La represión existente en nuestra sociedad contra los llamados disidentes, que en realidad operan como grupúsculos contrarrevolucionarios financiados por agencias federales de los Estados Unidos con el manto de ayuda humanitaria.
En un análisis de la guerra mediática no puede excluirse, por su dimensión histórica y significación política, una referencia al Proyecto Verdad.
En noviembre de 1981, el director de la USIA, Charles Wick, anunció el inicio del Proyecto Verdad, programa apuntado a desestabilizar, en el campo de la cultura y los medios de comunicación social, a los países socialistas.
Aprobado por el presidente Reagan y el Consejo de Seguridad Nacional, el Proyecto quedó organizado con la activa participación del Ejecutivo, el Consejo de Seguridad Nacional, el Departamento de Estado, la Agencia para el Control de Armas y el Desarme, la CIA, el Departamento de Defensa y los jefes del Estado Mayor Conjunto. Como director asociado del programa fue designado John Hughes. Eran Pluto y Mangosta en el terreno de la ideología y la cultura.
A partir de investigaciones realizadas se puede afirmar que entre 1990 y 1999 operaron contra Cuba 63 emisoras y fonías contrarrevolucionarias. En 1998 se produjo un promedio de 1 400 horas de transmisiones radiales, semanalmente, en tanto en los primeros meses de 1999, se realizó un promedio de 1 935 horas a la semana. En pleno auge de la Guerra Fría, las emisoras subversivas de todo el complejo sistema de transmisiones radiales de los Estados Unidos y sus aliados de la OTAN, por entonces, llegó a transmitir contra la RDA un promedio semanal de 1 162 horas. Se evidencia así, comparativamente, la agresividad de la guerra mediática contra nuestro país.
En los estudios sobre la guerra mediática resulta imprescindible la apreciación, valoración y evaluación crítica de la emisora subversiva Radio Martí.
Jorge Mas Canosa, presidente en esos momentos de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA) sería quien ocuparía la responsabilidad, como asesor presidencial, para las transmisiones de Radio Martí.
El 20 de mayo de 1985, después de firmar el presidente Ronald Reagan una directiva, de secreto máximo, autorizando el inicio de las transmisiones radiales de la Agencia Internacional de los Estados Unidos, salió al aire la emisora subversiva Radio Martí, según los medios, métodos y técnicas conveniados.
En febrero de 1999 se inauguraron las nuevas instalaciones de Radio Martí, en el estado de La Florida.
El 30 de septiembre de 1999 en un cable de la Agencia de Prensa EFE se informa:
La Agencia de Información de los Estados Unidos, que incluye servicios como La Voz de las Américas, quedará integrada, desde el primero de octubre, al Departamento de Estado, en una fusión que acercará más a los estadounidenses a la política exterior de su gobierno, se informó hoy. La USIA ha funcionado como una agencia federal independiente desde 1953, con su actividad dirigida, fundamentalmente al exterior de los Estados Unidos, desde las embajadas de este país y su actividad se ha definido como diplomacia pública.
Se señala en la misma información:
Los servicios de la USIA son La Voz de las Américas (VOA), Worldnet Televisión and Film Service, Radio y TV Martí, una dirección de ingeniería que se ocupa del mantenimiento de las instalaciones y de la radio-difusión. También forman parte de esa agencia federal las corporaciones, sin ánimo de lucro, Radio Free Europe/Radio Liberty.
Pero ¿qué impacto ha tenido la emisora subversiva Radio Martí en la sociedad cubana?
Expertos y especialistas coinciden plenamente en que, no obstante los empeños de las diferentes administraciones norteamericanas, la emisora no constituye un efectivo instrumento de la guerra mediática por carecer de credibilidad en la audiencia, la ausencia de objetividad en las informaciones, falta de profesionalidad en los análisis políticos sobre la situación nacional y política exterior de Cuba, ausencia de iniciativa para proyectar alternativas creíbles a la realidad socio-histórica concreta que es la Revolución cubana y carencias de novedad en los enfoques sobre los acontecimientos en la Isla.
Por lo que se puede concluir que es también una emisora anacrónica.
Cuba es instruida y culta. La nación cubana está educada y ha aprendido que, todo lo que venga del «Norte revuelto y brutal que nos desprecia», debe ser sometido al escrutinio riguroso del análisis revolucionario y al pensamiento crítico. La verdad es siempre revolucionaria y la emisora subversiva Radio Martí es esencialmente contrarrevolucionaria, por no transmitir la verdad.
Aunque carece de impacto político-ideológico en el escenario cubano, no puede obviarse, en la guerra mediática, la referencia acerca de la TV Martí, aunque este servicio de transmisiones televisivas también ha fracasado en sus objetivos y propósitos.
Las transmisiones de la TV Martí se inician en el año 1990. Desde sus orígenes estuvo vinculada e influida por la FNCA y por su presidente Jorge Mas Canosa.
La idea original del empleo de la televisión con perfil subversivo surge a raíz de la «Operación Mangosta», desarrollada con intensidad desde noviembre de 1961 hasta enero 1963, aunque en realidad no se acometió ninguna acción en esa dirección.
Desde el punto jurídico su existencia viola siete normas establecidas por la Unión Internacional de las Telecomunicaciones, de ahí su carácter ilegal. En sentido general, la televisión subversiva se asocia a la guerra económica y a la guerra cultural con vistas a desestabilizar la sociedad cubana.
En su esencia, no se trata de informar o desinformar, sino que la Revolución cubana se sienta agredida y señalar que el gobierno de los Estados Unidos está comprometido en esa agresión.
La interferencia cubana ha logrado anular en su casi totalidad la visualización de la señal en el territorio nacional.
Los expertos en guerra mediática consideran que su programación es elemental, de baja calidad en contenido y factura.
Como guerra que no es financiada por medios publicitarios, depende del presupuesto federal, que en este caso ha servido para el enriquecimiento ilícito de connotados elementos de la ultraderecha cubano-americana.
A manera de conclusión definitiva, se puede afirmar que el proceso de socialización que presenta la TV subversiva carece de dimensión política y representa un total fracaso como instrumento de la guerra mediática contra Cuba.
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