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Gretta Espinosa: Cuando el día no te alcanza*

19 abr. 2021
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Todas las universidades de Cuba tienen su dosis de mística para quienes estudian o comparten clases allí. Cada una atrapa entre sus muros, pasillos o escalinatas. Una de ellas seduce, entre otras tantas virtudes, por ese gran campus universitario que en incontables ocasiones desanduvo Gretta Espinosa Clemente cuando, entre 2005 y 2010, estudió Periodismo en la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas.

«Me gusta escribir sobre sucesos cotidianos de la vida en mi país, a veces hago cuentos cortos y ocasionales poesías, a manera de hobby. Investigo sobre temas sociales, de la Comunicación y las Ciencias Políticas, y mi línea de investigación es sobre la caricatura política publicada en medios de prensa cubanos», así se describía esta joven santaclareña en su blog Isla Famosa, en los tiempos en que trabajaba en la Emisora Provincial de Radio CMHW.

«A la radio fui por primera vez cuando cursaba el onceno grado en el Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas Ernesto Che Guevara, de Santa Clara. La escuela mantenía vínculos con la emisora, y algunos alumnos iban a programas juveniles. También de niña escuchaba la CMHW, en las mañanas, antes de irme a la escuela. Recuerdo que emitían un programa infantil bellísimo: Pañoleta Azul».

Siendo una niña, había visitado la emisora en Caibarién, donde trabajaba como periodista su tío paterno. Ya en la universidad, matriculada en Periodismo, hizo las prácticas laborales de segundo año en la CMHW. «Quedé fascinada por el trabajo en ese medio. Cuando acabó ese mes supe que era allí donde quería trabajar».

Han pasado diez años de su vida laboral, todos en la radio. La adaptación a esa nueva etapa la recuerda compleja, por la cuota de responsabilidad, y además por la rutina propia de una reportera, marcada por las demandas informativas de emisoras que transmiten 24 horas. «No es fácil, pero en mi opinión es el medio más apasionante por la inmediatez, y el amplio formato para publicar. La radio siempre tiene espacio».

Recién graduada, participó de una interesante experiencia en la que el periodismo salía de la cabina hacia las comunidades: el programa Dando Rueda, de la AHS en Villa Clara.

«Surgió como una iniciativa del Comité de Base de la UJC de la emisora CMHW, donde casi todos éramos periodistas jóvenes. El proyecto se aprobó para una programación estival, si mal no recuerdo la de 2012. Era una revista dedicada a un municipio cada semana, durante los meses de julio y agosto. Tenía varias secciones, dirigidas a reflejar leyendas, personajes populares, historia y otros aspectos identitarios de localidades de Villa Clara como Remedios, Camajuaní, Caibarién, Sagua la Grande, Placetas, entre otros municipios. Casi todos los jóvenes periodistas del departamento informativo de la emisora en aquel momento se vincularon al proyecto, mediante reportajes, crónicas, entrevistas. Aún conservo algunos. Recuerdo dos reportajes sobre mitos, leyendas populares y tradición oral de Placetas y Camajuaní. Fue una experiencia hermosa, incluso para validar el trabajo en equipo como fuente de éxito.

En 2012, las ansias de superación la llevaron a las puertas de la maestría. «Pienso que amplió mi formación, desde la esfera comunicacional hacia las Ciencias Políticas, otra rama apasionante y necesaria para los periodistas».

Aunque su experiencia como docente ha sido aislada, comparada con la de otros colegas que están vinculados de manera permanente a los departamentos de Periodismo y Comunicación de diferentes universidades cubanas, Gretta valora la formación de las más jóvenes generaciones de periodistas cubanos.

«Poseen, como ventaja, el dominio cabal de la tecnología en función de la profesión. Traen incorporado perfectamente el funcionamiento de los editores de audio en el caso de la radio, tal vez mayor facilidad para captar la funcionalidad del teléfono móvil como vehículo idóneo para el reporterismo. En cuanto a la técnica periodística, he leído, por ejemplo, varias crónicas escritas por estudiantes, enviadas al evento nacional de la crónica Miguel Ángel de la Torre, realizado en Cienfuegos con carácter anual; y complace ver una redacción y manejo con acierto de ese género tan complejo. También veo como algo positivo que —con el actual plan de estudios— permanecen vinculados con los medios de prensa. Eso es imprescindible, pues en el hervidero de las redacciones se completa nuestra formación».

Basta con analizar parte de su obra periodística para comprender el valor que la da a la crítica, como una cualidad distintiva del buen periodismo. El ejercerla acarrea, a veces, incomprensiones; otras, aplausos.

Gretta toma de referencia una frase de José Martí: «Cuando dijo el Apóstol que “la prensa no es aprobación bondadosa o ira insultante; es proposición, estudio, examen y consejo”, resumió, con esa genialidad que lo caracterizaba, el rol de la prensa. Ambos extremos son nefastos. El triunfalismo y el hipercriticismo. Lo bien hecho debe comunicarse, como también denunciarse lo mal hecho, siempre sobre la base del respeto y, muy importante, de la ética. En diez años he abordado no pocos asuntos donde va implícita la crítica, sobre todo hacia servicios o problemas que afectan directamente a la población.

»En Radio Ciudad del Mar atiendo la sección Servicio de Mensajería, una especie de columna radial de mensajes de la población con denuncias y quejas sobre determinada cuestión. En la búsqueda de las respuestas nacen materiales periodísticos que la gente agradece y eso es lo más importante. Más que “trabajos críticos”, como reconocemos en el argot gremial a materiales que analizan un problema determinado, he realizado, en solitario y a dúo con otros colegas, reportajes investigativos, casi siempre sobre temas económicos como precios de productos agropecuarios, problemáticas en sistemas de pago del sector empresarial, violaciones de precios, ilegalidades. La crítica no siempre es bien recibida, y alguna que otra anécdota conservo al respecto, pero no es la generalidad. Creo que estamos en un momento de mayor comprensión del papel de la prensa hacia la sociedad.

»Al publicar trabajos investigativos, me he llevado más satisfacciones que desencuentros. Eso sí, analizar un fenómeno, por más polémico y escabroso que sea, implica tocar todas las puertas, o sea, entrevistar a todas las fuentes necesarias, cotejarlas, hacerse de un buen conjunto de datos y estadísticas, examinarlos cautelosamente. Son requisitos indispensables para emitir un juicio sobre algo, y para un periodista creo que es el ABC de la profesión».

Las relaciones con las fuentes, la responsabilidad y respeto para, con y de las mismas, son temas recurrentes en los debates gremiales. Sobre esto, nos dice: «Creo que la relación con la fuente debe partir del respeto mutuo. Resulta imprescindible mantener un vínculo estrictamente profesional. En cada proceso debe regir al pie de la letra la ética, es la palabra más importante, desde el momento en que pactamos una entrevista».

Aunque también ha tenido experiencias de quienes prefieren no acudir, no socializar información que, en definitiva, es un bien público, lo que complace a esta periodista villaclareña es que esa no es la generalidad.

Por su labor profesional, en poco más de una década, ha sido premiada en los concursos Primero de Mayo, 26 de Julio y otros convocados por la Editorial de la Mujer. Para ella «son medidores, termómetros de por dónde puede ir el trabajo que hacemos. Los certámenes nacionales de periodismo convocados en Cuba ponen alto el listón; me consta la calidad de los jurados, conformados por periodistas cubanos de probada profesionalidad, fogueados en nuestras redacciones».

Sobre su rigurosidad, nuestra propia entrevistada es un vivo ejemplo de que no es fácil obtener un premio en el 26 de Julio. Ella ganó en 2016, en la categoría de reportaje, y aunque se ha mantenido haciendo un periodismo crítico, profundo, de calidad, no fue reconocida en dicho certamen hasta cuatro años después, cuando ganó en la categoría de programa informativo.

En nuestra conversación Gretta habló primero de la santaclareña emisora CMHW, y luego se refirió a su espacio de trabajo actual, Radio Ciudad del Mar. «¿Qué te llevó a Cienfuegos?», le preguntamos, teniendo ya algunas pistas de su posible respuesta.

«El amor. Mi esposo, el padre de mi hijo, vivía y trabajaba también como periodista en Cienfuegos cuando comenzó nuestra relación. Soy santaclareña, pero ya hace cuatro años que vivo aquí, en esta bellísima ciudad que me abrió las puertas».

Aun cuando lleva trabajando el tema económico durante varios años, con un espacio fijo y no pocos reconocimientos, se considera una aprendiz. Dirige el programa Magazine Económico que tiene frecuencia semanal. Lo presentó para la programación de fin de año en 2017, y se quedó en la parrilla hasta hoy. Primero salía al aire los domingos; luego de un rediseño, sale los sábados de 8:00 a.m. a 8:30 a.m.

«Es un programa especializado en temas de economía, un tanto agotador por la dinámica semanal, pero gratificante, al ofrecer la posibilidad de abordar el panorama económico cienfueguero con más tiempo que el disponible en los espacios informativos noticiosos, donde un reportaje, por ejemplo, no puede excederse de los cinco minutos».

En Cienfuegos ha colaborado sistemáticamente con Cinco de Septiembre, sobre todo en 2018 y 2019.

«El periódico es la oportunidad para escribir, sobre todo, géneros de opinión; de una forma diferente de como se hace para la radio. En la prensa escrita la redacción es pura y dura, y me gusta de vez en cuando practicarla. No obstante, la radio es mi pasión, entrar al estudio, editar. En cuanto a la agenda, es similar. Son casi los mismos asuntos, pero en formatos distintos».

Los meses a partir de marzo y abril de 2020 han sido complejos para ella, como para la mayoría de la gente que vio modificadas sus rutinas por la propagación de la Covid-19. Con sus padres lejos en Santa Clara, con su niño en casa, durante todo el confinamiento y las consecuencias emocionales que eso implica… no dejó de reportar.

Desde «Gretta Estudios», como jocosamente llama a su hogar, graba la voz de sus trabajos con el teléfono móvil, edita en la PC, y así logra conformar el reporte periodístico en audio, tal y como lo requiere la radio. La calidad nunca será como la del estudio, pero un micrófono externo instalado al celular mejora muchísimo la nitidez de la voz. Usando sus datos móviles envía el archivo a la redacción, y se completa el ciclo productivo noticioso, por llamarlo de algún modo. Utiliza las apk que graban llamadas telefónicas para realizar varias entrevistas y así no prescindir de la voz de la fuente.

«El día no me alcanza, porque un hijo en edad escolar conlleva el triple de atención; su aprendizaje depende no solo de la escuela. La familia tiene que estar ahí, sentarse a la hora de la tarea, rectificar posibles errores ortográficos, de contenido, estar al tanto de su conducta en la escuela, de sus necesidades, preocupaciones. Es complejo y bellísimo a la vez».

Su mayor motivación, nos dice, es servir. «Poder aclarar lo que les preocupa, en torno a tantos temas cotidianos. Digamos que de ahí me nutro para hacer las noticias, de lo que le interese y preocupe a la gente, lo que llamamos en comunicación, la agenda pública. De hecho, muchas veces de mis propias preocupaciones puede nacer un trabajo periodístico, pues vivo, como el resto de la ciudadanía, el día a día». Tampoco esconde su pasión por las letras. «Tengo que sentarme a escribir diariamente, aunque sea poco. Si supieran cuántas cosas tengo guardadas en una carpetica de mi compu, que nunca publicaré, por tratarse de asuntos muy personales».

«¿Has sentido ganas de echar el periodismo a un lado y dedicarte a otra cosa?», preguntamos a sabiendas de que, a veces, son muchas las sillas que al borde del camino nos invitan a parar.

«Realmente amo esta profesión. Mientras más tiempo pasa, más experiencia aprendida y por aprender, más apego siento a lo que hago. Antes del incremento salarial al sector presupuestado en 2019, sí pensé ocasionalmente en buscar otra ocupación, en una empresa, por ejemplo, debido a razones económicas, para mejorar mi salario. Era solo una idea, pero de vez en cuando pasaba por mi cabeza. Me alegro de no haber emprendido ese camino porque realmente el panorama salarial de la prensa se revirtió para bien, y ello, unido al amor hacia la profesión por la que me esforcé durante años y años de estudio, me hacen sentir bien».

 

*Tomado del libro El compromiso de los inconformes. Entrevistas a jóvenes periodistas cubanos (Ocean Sur, 2021).

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