A propósito del 14 de febrero decidí retomar un libro que estaba casi olvidado ya en mi librero: Evocación. Es esta una lectura que un buen amigo me recomendó una vez y recuerdo, lo recibí con gusto, pero no tanto como esta segunda vez. Al reelerlo con carácter profesional y ya pasados unos años de mi primer acercamiento, lo comprendí de manera diferente. Por ser Aleida March una revolucionaria y no una escritora, podríamos pensar que el libro nos llevaría por caminos románticos e idealizados y más, tratándose de la figura del Che, ya mitificada en sí misma.
Ocean Sur presenta Evocación, justamente como lo que es, una historia real. Con una narrativa amena, afable y cómplice, Aleida March cuenta sus recuerdos y vivencias junto a Ernesto Guevara de la Serna. Como ella misma explica, no es una historia de amor como las que frecuentaba leer, sino una serie de circunstancias que propiciaron el surgimiento de la complicidad, la amistad y más tarde el amor. Nos hilvana una historia a través de capítulos o apartados que responden más o menos cronológicamente a las diferentes etapas de su vida, desde su niñez hasta la muerte de su compañero. Como anexo se presentan fragmentos del relato La piedra, texto de un humanismo extraordinario, escrito por el Che durante su estancia en el Congo.
Uno de los elementos que elevan a la cima este libro de memorias es que, a pesar de que es precisamente producto de los recuerdos y la subjetividad de una persona, Aleida se expresa con tal claridad y cercanía que podemos constantemente adentrarnos en su narración. Más allá de la vida personal de ambos guerrilleros, asistimos cronológicamente al desarrollo de la guerra y al triunfo de la Revolución Cubana contado desde una guerrillera, una mujer, lo cual cambia la perspectiva de nuestra lectura. Permite explicar el papel e importancia de ellas en el curso y desarrollo de la guerra e incluso cómo no podían prescindir de su presencia en determinadas misiones.
El libro contribuye una vez más, a la humanización de figuras como el Che, Fidel, Celia Sánchez, entre otros de los que, en muchas ocasiones, creemos que distamos infinitamente de esas personas, cuando en realidad, son esto último: personas; no comunes, es cierto, pero humanos al fin con comportamientos tales como los nuestros en situaciones cotidianas.
Aleida muestra al Che en todas sus facetas, el joven enamorado, el hombre, el revolucionario, el amante, el padre, el ser humano. De cierta manera también nos presenta a un Fidel —que como muchos cercanos a él describen— bromista, optimista, comandante amigo de sus amigos y un hombre en extremo divertido.
La lectura evidencia cómo se convirtió el Che en el motor fundamental en la vida de Aleida, cómo desde la primera vez que se vieron supieron que serían hechos el uno para el otro, cómo desde aquella vez no se separaron más, cómo vivieron y compartieron su vida revolucionaria con tanta pasión. La historia nos devela como a pesar de sus convulsas vidas pudieron mantener vivo el amor. Explica Aleida que siempre el Che estará con ella, en su memoria, en aquellos pedazos de cielo que son sus hijos.
Es Evocación una lectura necesaria en la medida en que celebra, o más bien, evoca al amor, lo revive, lo realza. Aleida March muestra a través de sí misma, el amor a su esposo, a sus hijos, a la Revolución y a su patria, así como el amor por sus padres y amigos; no es ella la única que lo expresa, sino también las personas que formaron parte de su vida y que hacen recíprocos estos sentimientos. Por ello, también es este libro propicio para febrero, fecha en la que celebramos el amor en todas sus dimensiones.
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