El martes 5 de noviembre de este año se celebrarán las elecciones presidenciales en Estados Unidos en un contexto de profunda polarización política marcado por un agravamiento de la crisis de legitimidad del sistema que ha llegado a niveles sin precedentes. Una de sus principales expresiones es que el precandidato republicano con mayores posibilidades de imponerse, será sometido a varios procesos judiciales a medida que transcurre la campaña presidencial.
Este mes de enero comienza el proceso de elecciones primarias. El día 15, los republicanos realizarán el caucus de Iowa y el 23 ambos partidos tienen previsto las primarias en New Hampshire. Por lo tanto, se dará inicio oficialmente a las votaciones en un largo camino que conducirá en noviembre a la elección del presidente de Estados Unidos.
El escenario electoral estará marcado por la figura controversial de Donald Trump que tendrá un punto de inflexión a partir del 8 de febrero cuando la Corte Suprema comience a evaluar si es aplicable en su caso la Sección 3 de la Enmienda 14 de la Constitución. Esta norma refiere que ninguna persona que haya prestado previamente juramento para apoyar la Constitución, podrá ocupar cargo alguno si participa en una insurrección o rebelión contra los poderes establecidos. Esencialmente, el máximo órgano del poder judicial analizará si el comportamiento de Trump durante los sucesos del 6 de enero de 2021 lo invalidan para ser nuevamente presidente.
Estos elementos indican que el contexto político electoral es bien complejo y estará permeado de fuertes contradicciones, escándalos y fake news. Teniendo en cuenta esta realidad, resulta significativo delimitar cuáles son algunas de las percepciones políticas de los estadounidenses en este año de elecciones. Con ese propósito debemos compartir los principales resultados del último estudio que realizó el tanque pensante Pew Research Center sobre esta temática.
De acuerdo a la investigación, realizada a fines del año pasado, el 65% de los estadounidenses declaró sentirse exhausto cuando piensan sobre temas políticos y el 55% afirmó sentirse enojado. Cuando se le preguntó que describieran con una palabra su percepción sobre el sistema político, las más frecuentes fueron: divisivo; corrupto; malo; caótico; desordenado y polarizado. Entre otros datos que evidencian la profunda frustración del público estadounidense, se destacan los siguientes:
- El 63% expresó que no tenía confianza en el futuro del sistema político estadounidense y el 84% no confía en el gobierno federal, lo que es una muestra de la falta de credibilidad en las instituciones y sus representantes.
- El 63% señaló que estaban insatisfechos con los aspirantes a la presidencia de los últimos ciclos electorales y el 54% afirmó que los candidatos a cargos elegibles tienen como uno de sus propósitos fundamentales la fama y el protagonismo.
- Sobre el rol del dinero en la política, el 85% considera que el alto costo de las campañas electorales hace muy difícil que se presenten candidatos que pueden representar mejor los intereses y necesidades de los votantes. El 73% aprecia que los grandes donantes de las campañas tienen demasiada influencia en los políticos que respaldan financieramente.
- El 78% de los estadounidenses señala que los operadores políticos prestan muy poca atención a los asuntos más importantes que enfrenta el país y el 57% refiere que los conflictos políticos entre demócratas y republicanos reciben una atención desmedida.
Los resultados y cifras que se exponen a lo largo del estudio denotan que estas elecciones presidenciales posiblemente sean las de mayor volatilidad en la historia de Estados Unidos. Desde la etapa de Trump, se aceleró la tendencia a la polarización económica, política y social que en la actualidad está generando fuertes conflictos y es previsible que a medida que avance la contienda puedan profundizarse. Los radicalismos, extremismos y posiciones de extrema derecha estarán presentes con intensidad y lo que fue denominado como el “caos electoral” en 2020 tiene todas las condiciones para su resurgimiento con mayor agresividad.
Sobre las próximas elecciones presidenciales, el 65% de los estadounidenses no está satisfecho con los candidatos a los comicios de noviembre. El 77% considera que las campañas se enfocan en los temas equivocados. El 76% refiere que los mandatarios no tienen impacto en su vida personal y el 65% señala que debe modificarse el actual sistema de elecciones presidenciales basado en el Colegio Electoral. Por lo tanto, estamos en presencia de lo que se califica en la narrativa política estadounidense como un “sistema roto” (broken system), carente de legitimidad, que no es posible reparar ni en el mediano ni largo plazo.
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