Tal vez sean pocos los guatemaltecos que sepan que su Héroe Nacional, Tecún Umán, permanece esculpido en «una roca que llora» en El Boquerón, nombrado así por la forma de boca que tiene el cañón del río Sauce del caribeño departamento de Izabal.
«¿Ven esa piedra que echa agua? Al regreso ustedes me dirán quién es, lo dejo a su consideración», nos comentó con tono dramatúrgico Amílcar Miranda, vecino de una comunidad cercana a ese accidente geográfico.
Los dos guatemaltecos y el cubano que íbamos a bordo del cayuco (embarcación india de una sola pieza más pequeña que la canoa) nos quedamos intrigados.
Cuando veníamos de vuelta, Miranda recordó su pregunta inicial y nos pidió que miráramos el negruzco peñasco, semejante al perfil de un rostro humano con la nariz bien puntiaguda.
«Tecún Umán», dijo sin pensarlo dos veces un guatemalteco, secundado por otro que respaldó su criterio. Ambos se percataron de la similitud de la imagen del guerrero y la silueta tallada en el pedrusco por el Creador.
El nombre con el cual es conocido el Héroe Nacional guatemalteco dista mucho del que le pusieron originalmente: Ahau Gales (El nieto del Rey).
Apenas 24 años bastaron para que Tecún Umán (Gran Abuelo Tekun) ingresara en la historia guatemalteca como un gran guerrero que murió a manos del ejército comandado por el conquistador español Pedro de Alvarado.
Para los quichés él fue el hijo más representativo de esa etnia, por la valentía y dignidad demostrada en la protección de su pueblo.
Según describió Alvarado en sus crónicas de conquista, el joven lucía en el campo de batalla un tocado —prenda con la que se viste la cabeza— bellamente adornado con plumas de quetzal.
Tecún Umán fue declarado oficialmente Héroe Nacional del país centroamericano el 22 de marzo de 1960, mediante el decreto 1344 del Congreso de la República.
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