A partir del 6 de junio del 2019, el Buró del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado norteamericano lanzó una nueva convocatoria para que las organizaciones dedicadas al negocio de promover la subversión contra Cuba presentaran propuestas orientadas a crear la «nueva generación de líderes independientes cubanos». El gobierno estadounidense en esta ocasión estaba destinando el «gran premio» de 1 millón 33 mil 86 dólares para financiar un proyecto más que se inscribe en la fracasada política del cambio de régimen.
El proyecto se titula «líderes emergentes cubanos» y tiene como propósito declarado crear una nueva generación de líderes en Cuba que tengan la capacidad de trabajar a nivel comunitario para crear una sociedad civil independiente. Según la convocatoria, este «grupo de líderes profesionales modelarán el liderazgo efectivo de las organizaciones de la sociedad civil y abogarán efectivamente por el interés público, promoverán el acercamiento con la comunidad, apoyarán la diversidad y promoverán las prácticas democráticas». En esencia, el objetivo principal es transformar la sociedad cubana desde adentro promoviendo un desmontaje de los principios, valores y prácticas que caracterizan nuestro socialismo que la mayoría de los cubanos han decidido apoyar y defender. ¿Cuál es el perfil que están buscando en estos «líderes» de labotario?
Según el documento del gobierno estadounidense, deben seleccionarse ciudadanos cubanos entre 20 y 35 años que cumplan los requisitos de ser estudiantes universitarios o jóvenes profesionales que demuestren interés en asumir roles de liderazgo y que estén motivados por la comunicación social. Los aspirantes deben demostrar actitudes como madurez, independencia y autoconfianza. El documento es muy enfático en destacar que los jóvenes deben tener un deseo claro de implementar el programa en Cuba debido a que de otra manera no le sirven para sus propósitos subversivos.
Con relación a la concepción de este proyecto y los aspectos organizativos, el Departamento de Estado a partir del presupuesto destinado para este programa tiene previsto reclutar y entrenar entre 25 y 40 jóvenes en un período de tres años. Con ese propósito, el gobierno estadounidense le está exigiendo a las organizaciones que realizarán el trabajo en el terreno que deben garantizar que en la selección de los candidatos exista diversidad de género, racial, socioeconómica y geográfica. También fueron explícitos en establecer que «deben reclutarse mujeres y representantes de minorías». Por lo tanto, se trata de un diseño abarcador que está tratando de contar con un perfil diverso para abarcar varios sectores y regiones del país.
Para el despliegue de este ambicioso proyecto, el gobierno estadounidense está adoptando un grupo de medidas dirigidas a evitar que se expongan en la Isla los organizadores de este programa. En ese sentido, se prohíbe explícitamente que se recluten y entrenen a los jóvenes en la Isla. Por lo tanto, el documento refiere que este tipo de actividades deben realizarse en Estados Unidos o en un tercer país, exceptuando los casos de Venezuela, Nicaragua y Bolivia. Es decir, ejecutar este programa lleva toda una logística para asegurar sus propósitos subversivos.
Como parte del control que tendrá el gobierno estadounidense sobre este proyecto, se establece que el listado final de candidatos debe ser aprobado por el Departamento de Estado antes de acometer cualquier acción. Dentro de los resultados deseados de este proyecto, las autoridades estadounidenses refieren que «los participantes deben establecerse en Cuba como recursos profesionales para promover la democracia y los derechos humanos en la Isla, deben atraer amplias audiencias, comunicar sus mensajes de manera efectiva y movilizar a los actores independientes de la sociedad civil para promover la libertad de expresión y reunión».
Al cerrarse la convocatoria de este engendro el 26 de julio pasado, este proyecto subversivo ya está en pleno desarrollo, las organizaciones que fueron beneficiadas con el presupuesto ya están desplegando sus recursos para cautivar, engañar y manipular a determinados jóvenes cubanos que, en términos prácticos, le ofrecerán ser mercenarios al servicio de una potencia extranjera. Este es un programa más de los cientos que se han desarrollado contra la nación cubana y, especialmente, hacia el sector que garantizará el futuro de la Revolución. Por lo tanto, desde su diseño y formulación está destinado al fracaso.
Comentarios