Contrapunteo

Demarcar los límites, cuestión de soberanía

31 jul. 2017
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Un elemento fundamental en la formación de un Estado-nación es la demarcación de sus límites territoriales, generalmente compartidos con otros países vecinos. En este aspecto intervienen los conceptos de frontera y límite fronterizo, entendido el primero como una región o franja, una zona de contacto, mientras que el segundo es una demarcación imaginaria, una línea definida de separación.   

En América Latina las potencias europeas que colonizaron la región no establecieron delimitaciones exactas de sus posesiones territoriales, por lo que fueron heredadas sin término fijo por las repúblicas independientes surgidas. A lo largo de los siglos XIX y XX proliferaron disputas e incluso guerras por motivos de fronteras. 

El investigador Juan García Pérez, en su texto del 2005 Conflictos territoriales y luchas fronterizas en América Latina, señala los elementos principales que han caracterizado la problemática en la región desde el siglo XIX:

Ya fueran largos en el tiempo o de corta duración, desarrollados por la vía pacífica (negociaciones diplomáticas) o mediante conflictos de naturaleza militar, con la participación de dos o más países, interviniendo o no potencias ajenas al mundo latinoamericano (Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Vaticano…) y, en fin, surgidos por motivos estrictamente políticos ligados a la definición territorial de un estado nacional o, lo que resultaría más frecuente, por causas de naturaleza socioeconómica, ideológica o de política interior, lo cierto es que (…) los litigios por problemas territoriales han formado un rosario de conflictos casi interminable.    

El nivel de las tensiones desatadas ha variado de acuerdo a la causa de las disputas, en dependencia de si son causadas por factores como la longitud del área de los límites territoriales, el ambiguo trazado de los mismos durante el periodo colonial y las guerras independentistas, la complejidad geográfica de la zona en disputa, los intereses expansionistas de algunas naciones y vinculado a este último, el control de los recursos naturales o económicos tanto por las naciones regionales implicadas, como influidas por negocios o inversionistas de capital extranjero.   

En la actualidad varios países Latinoamericanos presentan conflictos limítrofes, algunos de estos son: Costa Rica-Nicaragua, Nicaragua-Colombia, Guatemala-Belice, Honduras-Nicaragua, Honduras-El Salvador, Chile-Bolivia, Venezuela-Guyana, Guaya-Surinam, Venezuela-Colombia y Brasil–Bolivia, para el caso de Uruguay-Brasil por el Rincón de las Artigas y la Isla Brasileña, no están reconocidos como litigios entre estos dos Estados sino que simplemente lo han dejado en palabras de disconformidad.

De estos conflictos fronterizos siete de ellos buscan solución a las tensiones a través de la mediación de la Corte Internacional de Justicia de La Haya en Holanda. Dentro de las disputas está la de Bolivia-Chile por la salida al mar de la nación boliviana, los reclamos se extienden a varios años atrás, desde que esta nación perdiera el acceso al mar en 1879 después de la Guerra del Pacífico y luego que en 1978 decidiera romper relaciones diplomáticas con Chile.

Otra controversia con respecto a la posesión de las tierras está dada por la presencia o intervención de potencias extranjeras, el más reciente de estos ejemplos es la cuestión de las Islas Malvinas, disputadas por Argentina y el Reino Unido. El caso, calificado por las Naciones Unidas como colonia especial y particular, comenzó en 1833 cuando la nación europea ocupó ilegalmente las islas, desalojó a las autoridades y prohibió la radicación de los argentinos provenientes del continente. El conflicto se extiende hasta la actualidad, con el interés de Argentina de resolverlo de manera pacífica, pero sin renunciar a recuperar las islas conforme al derecho internacional.

En una etapa en la que la región fue proclamada como zona de paz, la realidad resulta paradójica si tenemos en cuenta entonces la pervivencia de este tipo de disputas fronterizas a pesar de la existencia de numerosos proyectos de cooperación política e integración económica. En este contexto, no debemos obviar la necesidad o los beneficios que representan el acercamiento y la cooperación entre países vecinos frente a la injerencia externa e incluso en oposición al nacionalismo extremo, frecuentemente utilizado como estrategia política.

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