Hablar de adolescencia en Cuba siempre será un tema pertinente. Más aún si se hace desde la experiencia de una década de trabajo emprendido con aquellas personas en situación de vulnerabilidad social, y bajo el amparo de una praxis universitaria transdiciplinar que ha dado vida a un proyecto como Escaramujo.
Este texto se ofrece como testimonio de jóvenes estudiantes y profesores de facultades de Comunicación, Psicología, Pedagogía y Ciencias médicas que se han propuesto producir teoría sobre una práctica educativa que llama a la conformación de pensamiento crítico, que invita a (re)configurar proyectos de vida con bases inclusivas, solidarias, justas, dialógicas, participativas.
Entretejer el discurso de cada autor y autora desde la defensa de una categoría como la educomunicación popular, o sea, una mirada a la comunicación no solo como dinamizadora del aprendizaje, sino como esencia para la transformación, sustentada en la filosofía y práctica liberadora de la Educación Popular, convierte a esta compilación en un paso importante en el camino por consolidar ese campo de estudios como un andar teórico y metodológico significativo en la universidad cubana actual.
Uno de los mayores valores que, a mi juicio, posee este texto es dar cuenta en todo momento de la riqueza, siempre desafiante, de propiciar espacios de trabajo con adolescentes, donde bajo la premisa de no utilizar mecanismos autoritarios se logre la concertación, el respeto mutuo, la disciplina, el aprendizaje divertido pero intencionado. En ese sentido, cada artículo del volumen da fe de una práctica comprometida, honesta, que reconoce errores, los asume como aprendizajes y los comparte con otras personas.
En ese empeño, el libro, como el propio proyecto Escaramujo, visibiliza y posiciona a la Educación Popular como una de las alternativas más ricas para el diálogo con ese grupo etario, porque invita a construir un sentido de colectividad que no renuncia a lo individual. Además, permite recuperar de sus experiencias las vivencias positivas que les hagan luchar permanentemente por ser útiles para sí mismos, para su familia y para la sociedad toda.
Este recurso resulta esencial en la generación de procesos educativos cuyos protagonistas sufren sobre sí las más variadas formas de marginación social. Por ello, la mayor parte de las experiencias de Escaramujo, de la cual da cuenta también el texto que nos ocupa, transcurre en las Escuelas de Formación Integral (EFI), instituciones regidas por los Ministerios de Educación y del Interior como parte del amplio Sistema de Atención a Menores en Cuba.
Varios de los artículos reflexionan sobre los modelos educativos que confluyen en estas escuelas a las que llegan adolescentes que «incurren en actos antisociales de elevada peligrosidad o en hechos tipificados como delitos» o aquellos «que presenten conductas desajustadas durante su atención en las escuelas especiales regidas por el Ministerio de Educación (MINED)».
Muchas de las ideas sistematizadas en Escaramujo: De la rosa y de la mar. Realidades diversas de adolescentes en Cuba son resultados de tesis de licenciatura y maestría en varios centros de altos estudios del país. De tal forma, se logra dialogar con categorías como adolescencia, exclusión social, resiliencia, transgresión de la ley, entre otras.
Si bien este dato nos hace comprender la profundidad en el tratamiento de la mayoría de los temas, sobre todo en las condicionantes socio-psicológicas, contextuales, que influyen en las historias de estos adolescentes y los mecanismos para intentar salirse del destino marcado para quienes han sufrido situaciones de violencia extrema; por otra parte, no escapa, en la mayoría de los trabajos que componen el volumen, de un lenguaje un tanto formal, propio de los ejercicios académicos.
Contar con cerca de 250 asientos bibliográficos —aunque en esta edición solo se incluyen los 98 citados— que abren puertas para profundizar en el tema y explorar otros caminos afines, destaca entre los valores del libro.
En resumen, el texto se hace necesario para comprender la variopinta realidad de adolescentes a veces invisibilizados, y los esfuerzos estatales y no gubernamentales en varias provincias del país por contribuir a procesos de formación que permitan demostrar que existen otras maneras de relacionarse, fundamentadas en el respeto a la dignidad de los seres humanos.
Es un libro útil para quienes sienten la vocación de educar y contribuir a la creación y consolidación de políticas públicas que defiendan los derechos de la niñez y la adolescencia, que respondan ante sus necesidades y expectativas reales, reconociéndoles como actores de cambio y no solo como víctimas o victimarios. Lograr que la existencia de estos espacios de diálogo y concientización no sean excepción, sino regla, es uno de los retos que deja entrever este texto.
En ese sentido, se suma a la apuesta por un entono educativo visto cada vez más desde la inter y la transdisciplinariedad, en el que confluyan armónicamente la familia, la escuela, los medios de comunicación, las organizaciones de masas y la comunidad toda.
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