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Bosque que suena a marimba*

8 sept. 2020
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Un Bosque Sonoro tiene la capital guatemalteca, donde han crecido más de un centenar de árboles de hormigo, cuya madera se emplea para elaborar las teclas de la marimba, instrumento nacional de Guatemala.

La amiga Marina Molina, quien acumula muchas horas de lecturas, comentó que la marimba suena como los guatemaltecos: con una alegría triste.

Así como en el almuerzo de cada guatemalteco no pueden faltar las tortillas de maíz de diversas tonalidades, tampoco se concibe una fiesta chapina sin la presencia de los acordes de ese instrumento de percusión parecido a un xilófono.

El Bosque Sonoro del Hormigo, colindante con el Hipódromo Norte de la capital, rinde homenaje a compositores y marimbistas, como los destacados Wostbelí Aguilar, José Domingo Bethancourt, Rosendo Barrios y Marco Antonio Castillo.

Ese nombre se lo puso Carlos Francisco Marroquín, quien para lograr materializar su iniciativa fue apoyado por su padre Antonio Marroquín y la directiva de la Asociación Guatemalteca de Autores y Compositores.

Se cuenta que cada hormigo denominado aquí como el Árbol de la Cultura, la Marimba o la Paz fue sembrado en esa área por un reconocido músico o marimbista nacional.

El peculiar bosque fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación, según el acuerdo ministerial 66-99.

En ese documento oficial se exhorta al Consejo Nacional de Áreas Protegidas, al Instituto Nacional de Bosques y al Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación a dictar las normas que regulen la protección del hormigo y propiciar su siembra.

El capitalino Bosque Sonoro no es el único de su tipo en Guatemala, pues en agosto de 2011 fueron plantados una treintena de maderos de ese tipo en Quetzaltenango, el cual lleva el nombre de Antonio Marroquín, compositor oriundo del suroccidental municipio de Coatepeque.

Otro espacio similar, de 200 árboles de la mencionada especie, se inauguró en Mazatenango, cabecera del departamento de Suchitepéquez, ubicada 167 kilómetros al suroeste de la más importante urbe guatemalteca.

En medio de la polémica existente sobre si la marimba es originaria de Asia o fue traída a Guatemala por esclavos africanos, una hipótesis apunta a que los mayas supuestamente conocían ese instrumento, considerado Patrimonio Cultural de las Américas por la Organización de Estados Americanos desde febrero de 2015.

El Congreso declaró a la marimba símbolo nacional en 1999, tras evaluar sus valores históricos, culturales, artísticos y tradicionales. El decreto 31-99 exige al Ministerio de Educación propiciar la enseñanza del instrumento en las escuelas públicas y privadas.

De acuerdo con esa orden legislativa, se convino que el Día de la Marimba se celebre cada 20 de febrero, mientras se instó a fomentar la siembra y protección del hormigo y otras especies forestales empleadas en su fabricación.

No por decreto, sino por placer, escucha el guatemalteco los acordes salidos de la marimba, que ameniza fiestas populares, ferias y procesiones. El hormigo crece en las zonas húmedas, a temperaturas entre los 22 y 27 grados Celsius y a una altura de cero a 1 400 metros sobre el nivel del mar.

Las teclas de la marimba se disponen de mayor a menor y se golpean con mazas. Para lograr una óptima calidad del sonido, los conocedores recomiendan que la madera tenga al menos dos años de secado y que se pula con concha de mar para cerrar los poros.

El Bosque Sonoro capitalino no solo sirve para respirar y homenajear a marimbistas, sino para hacer honor al significado de Guatemala, que en lengua náhuatl quiere decir lugar de muchos árboles.


*Tomado del libro: Guatemala a segunda vista. Esencias culturales (Ocean Sur, 2020).

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