A partir del impacto devastador de la Covid-19 en la sociedad estadounidense, Biden ha convertido el enfrentamiento a esta pandemia en uno de los temas principales de su agenda gubernamental. Siguiendo esa lógica, el primer plan anunciado por su Administración ha sido la denominada «Estrategia Nacional para la respuesta a la Covid-19» que fue divulgada el pasado 21 de enero. Por lo tanto, fue un documento elaborado y conciliado durante el proceso de transición presidencial con el claro propósito de contar con inmediatez con un grupo de acciones para gestionar esta profunda crisis sanitaria.
El documento refiere que en apenas un año desde que comenzó la pandemia, Estados Unidos ha experimentado 24 millones de casos confirmados y más de 400 mil muertos, lo que constituyen no solo cifras dramáticas, sino que son un reflejo del desastroso manejo de este asunto por el gobierno anterior y la incapacidad del sistema en su conjunto para dar respuesta y mitigar sus consecuencias.
El texto añade que la nación estadounidense con el 4% de la población mundial, cuenta con el 25% de los casos de Covid a nivel global y lo que es más preocupante tiene el 20% de las muertes. Refiere que el país «está viviendo los días más oscuros de la pandemia con cifras récords en casos, hospitalizados y muertes». Solamente en el mes de diciembre, fallecieron a causa de la enfermedad 77 mil estadounidenses.
La Estrategia contempla siete objetivos principales: restaurar la confianza con el pueblo americano; desarrollar una campaña de vacunación segura, efectiva e integral; mitigar la propagación del virus expandiendo el empleo de mascarillas, las pruebas médicas, los tratamientos y los trabajadores de la salud; promover el «alivio de emergencia»; reabrir de manera segura las escuelas, los negocios y los viajes mientras se protegen los trabajadores; salvaguardar a las personas de mayor riesgo y restaurar el liderazgo estadounidense a nivel internacional para estar en condiciones de enfrentar amenazas futuras.
Con relación al primer objetivo, han establecido a nivel de la Casa Blanca una estructura para coordinar la respuesta a la pandemia que involucra a varias instituciones del gobierno federal. Para tal propósito, han creado nuevamente en el Consejo de Seguridad Nacional el Directorado de Biodefensa y Seguridad Global. Esta instancia que existió durante la etapa de Obama, fue eliminada por Donald Trump.
También realizarán conferencias de prensas regulares basadas en las evidencias de la ciencia y liderada por expertos en el tema. Tienen previsto divulgar informaciones de manera sistemática sobre el estado de la pandemia y publicarán datos sobre el nivel de la respuesta. Partiendo de la premisa que el gobierno federal no puede resolver esta crisis solo, coordinarán con los estados, las autoridades locales, el sector privado, los voluntarios en las comunidades y los proveedores de cuidados de salud.
Sobre la campaña de vacunación, se proponen realizar un despliegue que permita llegar a las comunidades más necesitadas. Están contemplando disponer de la mayor cantidad de locales para que las personas sean vacunadas y se centrarán en los sectores más difíciles de acceder y la población de alto riesgo. Con el propósito de lograr mayor efectividad, están contemplando compensar de manera justa a los proveedores, estados y gobiernos locales por el costo de la administración de vacunas. Lanzarán una campaña nacional de educación pública sobre la vacunación e incrementarán los trabajadores de la salud para asegurar este esfuerzo.
Con respecto a la mitigación, implementarán en primer lugar el empleo de mascarillas en las instituciones federales; expandirán la realización de pruebas; priorizarán los aspectos terapéuticos; distribuirán y ampliarán el acceso a los tests. Sobre el denominado alivio de emergencia, incrementarán los fondos para situaciones excepcionales a la Agencia Federal para el manejo de emergencia (FEMA, por sus siglas en inglés).
La reapertura de instalaciones públicas y privadas estará acompañada de acciones que permitan un funcionamiento equitativo en la educación superior, protejan a los trabajadores que deben contar con guías de seguridad y promuevan los viajes seguros. Para asegurar la protección a la población de mayor riesgo, se establecerá una fuerza de tarea para la “equidad en cuestiones de salud”, incrementará la recopilación de información sobre los grupos de alto riesgo y expandirá el acceso a los servicios de salud de alta calidad.
Con relación a la renovación del liderazgo global, el primer paso es restaurar el vínculo con la Organización Mundial de la Salud, fortalecer el organismo y reformarlo; comprometerse con el multilateralismo en la respuesta a la pandemia; promover la seguridad global en materia de salud y construir las capacidades para contener la Covid y las amenazas biológicas futuras.
Si bien la estrategia delinea las metas a alcanzar y las prioridades en las que deben recaer los principales esfuerzos, la compleja situación por la que transita Estados Unidos indica que una eventual recuperación tomará bastante tiempo y requerirá lo más difícil de alcanzar en una sociedad profundamente polarizada: la unidad en torno a una de las más graves crisis de la historia. Biden y su equipo están conscientes que la manera en que gestionen la pandemia constituirá el factor determinante en su gestión presidencial.
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