Cada 15 de junio tiene lugar una movilización global “Justicia para Berta”. Reviven así dos frases que la evocan: “Me tienen miedo porque no les tengo miedo” y “La palabra vive al replicarse”.
Cada 15 de junio el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH) convoca a concentraciones para reclamar justicia para Cáceres. Piden la creación de una comisión independiente de investigación amparada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para buscar los autores intelectuales del crimen.
La protesta también reivindica el respeto a la autonomía del pueblo lenca, la desmilitarización del territorio y la finalización del proyecto Agua Zarca mediante la suspensión permanente de fondos de todos los inversores, entre los que se encuentran los bancos europeos FMO (Banco Holandés de Desarrollo) y FINNFUND (Fondo Finlandés para la Cooperación Industrial) y las empresas alemanas Voith Hydro y Siemens.
Berta Cáceres era líder de la comunidad indígena lenca y movimientos campesinos, además fiel defensora de los derechos humanos. Fue una de las fundadoras en 1993 del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), desde el que lideró manifestaciones en defensa del medio ambiente oponiéndose a la construcción de proyectos hidroeléctricos en el occidente de su país por considerar que atentaban contra los recursos naturales.
Había recibido numerosas amenazas de muerte por su papel fundamental en la lucha indigenista y medioambientalista en Honduras y había hecho varias denuncias por este tipo de intimidación a su persona y a sus familiares.
Por su lucha en defensa de los recursos naturales en el occidente de Honduras en 2015, Cáceres recibió el Premio Medioambiental Goldman, el máximo reconocimiento mundial para activistas de medio ambiente.
Aunque fue una gran activista contra el maltrato al medio ambiente, Berta también emprendió la lucha contra la violencia y por la justicia social en su país. Encabezó protestas contra el golpe de Estado del 28 de junio de 2009 al entonces presidente hondureño, Manuel Zelaya y ha sido también guía para las manifestaciones por la discriminación a los pueblos lencas, la mayor etnia indígena de Honduras.
“Berta es una de las grandes de la historia de América Latina —afirman quienes año tras año le rinden homenaje—, tanto por su lucha y valentía como porque su muerte simboliza una avanzada y ofensiva de las trasnacionales, que son de las peores cosas que hay en el mundo. Nosotros les respondemos con otro mensaje pero de resistencia, de rebeldía, de resistirnos a ese fatalismo de la muerte y de mostrar que es posible una lucha que nos inspire a seguir haciendo muchas luchas”.
Berta Cáceres, luchadora indígena, fiel seguidora del sentimiento patriótico inculcado por su familia, madre de cuatro hijos y mujer ejemplar será recordada por su pueblo, ese pueblo indígena que la siguió y la adoró siempre. Matándola, no mataron sus ideales. Su crimen no quedará impune.
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