Contrapunteo

Vigencia y vindicación

5 abr. 2018
Por

Acusaciones inmorales y llenas de falsedad culparon a un pueblo de ser vagabundo, inútil verboso e incapaz de acción. Tales patrañas no  podían quedar fundidas en blanco y negro sobre un papel, sin una respuesta. El enfrentamiento a ese artículo debería alzar la dignidad de los cubanos, “Vindicación de Cuba” saldría a la luz.

Un hombre de pequeña estatura, pero de ideas inmensas se alzó como un gigante y desmintió paso a paso las mentiras infundadas sobre la perla de las antillas. La anexión como muchos otros cubanos declararon a lo largo del siglo XIX, es una opción en la que solo podían pensar hombres sin convicciones, sin sentimientos de patriotismo. La actitud revolucionaria se oponía cabalmente a esa paz sin independencia; ni en Cuba ni en otro país latinoamericano.

Martí refiere que esas manos delicadas de cualquier joven “ color aceituna” fueron las mismas que se alzaron ante el llamado de la Patria, que ahora descansaban en una tregua fecunda y estaban dispuestos a empuñar las armas y echar a andar el largo camino de la redención de Cuba. Ellos plantearon que no nos sabíamos valer por nosotros mismos y que teníamos aversión a todo esfuerzo, sin embargo, no podían explicarse como los cubanos lograron levantar a Cayo Hueso, solamente con llegar a Estados Unidos y comenzar a ganarse la vida honradamente.

Los cubanos sabemos luchar y hacernos camino, pero nunca por la fuerza, ni imponiendo dictaduras, sino construyendo lazos de amistad con gestos internacionalistas: muchos patriotas revolucionarios cubanos lucharon junto al pueblo español durante la guerra civil y apoyaron a otros pueblos de nuestra América, no solo en su movimiento independentista sino también en su desarrollo.

The Manufacture, diario predicador de tales infamias, llama una farsa al esfuerzo de todo un pueblo por ser libres. Si cierto es que lo hacíamos mediante el poder de las armas es porque es el único camino de arrancar la dominación colonial de nuestra tierra.

Martí sabía de nuestras memorias sagradas, que no han de servir para germinar costumbres y hábitos de una ideología extranjera. Por ello, muchos cubanos, y en nombre de ellos habla el Apóstol, se oponen a que nuestro suelo sea pisado por huestes extranjeras. La ambición del monstruoso imperialismo sólo encontró el apoyo en los flojos que se dejaron confundir con sueños consumistas y aspiraciones de ambición. Era necesario que se lavara nuestra honra, que se barrieran de un golpe las calumnias que necesitaban, urgentemente una vindicación.

Actualmente las palabras de Martí mantienen su significado. La Patria de Cutting mantiene sus mentiras y sus patrañas; las verdades martianas surgen como un monte de espumas.

Nuestro pueblo sigue rechazando la anexión, así como una paz sin independencia. Defendemos nuestro socialismo y enfrentaremos cualquier agresión que se geste contra nuestro pueblo. Los cubanos somos un pueblo solidario y esforzado; los médicos y maestros son hoy los mambises internacionalistas.

Nosotros no renunciaremos jamás a nuestras memorias. Lograr una cultura general e integral y cantar las canciones de la Patria de Lincoln no significa que permitiremos imposiciones que atenten contra nuestra identidad nacional.

No le permitiremos a nadie ofensas infundadas, porque las mismas manos que defienden nuestras conquistas revolucionarias, que sostienen las bases para una sociedad futura, que hoy manchadas de tinta escriben la historia que hemos vivido, mañana se mancharán de sangre para defender nuestra bandera.

enviar twitter facebook

Comentarios

0 realizados
Comentar