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Un libro breve, sin embargo, intenso

20 dic. 2018
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La editorial Ocean Sur, en ocasión del 60 aniversario del Triunfo de la Revolución Cubana, propone a sus lectores la colección «Vanguardia», que tiene como valor agregado el hecho de que son libros para jóvenes, compilados también por jóvenes autores cubanos.

Por supuesto, entre las figuras escogidas para ilustrar el pensamiento revolucionario en la Isla, no puede faltar el Che, ícono de rebeldía y paradigma de generaciones completas de latinoamericanos. Sintetizar parte de la obra guevariana en un pequeño volumen supuso un reto, pues gran parte de ella, ha sido publicada y ordenada dentro del Proyecto Editorial Che Guevara, que desarrollan de conjunto el Centro de Estudios Che Guevara y la editorial Ocean Sur.

De sus compilaciones se han seleccionado, como punto de partida, sus escritos de juventud, develando al joven Ernesto, quien ha iniciado un grupo de vivencias que forjarán su carácter y espíritu revolucionarios. Sus viajes constituyen un punto de partida imprescindible para su formación. A través de ellos se introduce en el mundo latinoamericano y descubre, con un humanismo extraordinario, al indio, al obrero, al campesino, subyugados por la explotación capitalista. De ese hombre americano de mediados del siglo XX, Guevara exalta sus cualidades, al tiempo que lo ubica en el centro de sus planes futuros aún inciertos.

Desde ese momento, tres valores se convertirán en ejes fundamentales de su pensamiento y accionar político: el humanismo, el latinoamericanismo y el antiimperialismo. Los tres cobran forma y contenido, crecen y se dimensionan a partir de su encuentro con Fidel en casa de María Antonia —México, 1956— y de su firme decisión de sumarse a la expedición del yate Granma para iniciar la lucha guerrillera.  

Este pequeño volumen continúa con textos que vieron la luz al calor de la guerra en Cuba o inmediatamente después del triunfo de 1959 y que hacen referencia directa al proceso de liberación protagonizado por los barbudos de la Sierra Maestra.

En su etapa de dirigente revolucionario, Guevara amplía su percepción humanista desde su formación marxista, cuya corriente de pensamiento ubica al hombre en el centro de la nueva sociedad. Por eso, cuando expone las esencias del denominado «socialismo tercermundista», entiende la acción de hombres y mujeres como claves en el proceso de cambio social, ideas que desarrolla puntualmente en uno de sus ensayos más conocidos: El socialismo y el hombre en Cuba.

En tribunas internacionales aboga por la integración regional y por fomentar relaciones económicas diferentes entre los países, posicionándose —en nombre de Cuba y en el suyo propio— con un discurso latinoamericano por excelencia y a la vez anticapitalista, anticolonialista y antiimperialista, como expresión más completa.

Por eso, la última parte de este volumen esboza al guerrillero internacionalista que desea combatir al «imperialismo donde quiera que esté» e incluye las cartas que escribe a sus hijos y a Fidel, a modo de despedida, una misiva a Armando Hart en la que le propone todo un sistema de enseñanza y pensamiento para la formación de jóvenes marxistas y revolucionarios —que lamentablemente ha sido poco divulgada—, uno de sus pasajes de la guerra en el Congo, la narración íntima cuando en plena selva congolesa conoce la triste noticia de la probable muerte de su madre, así como fragmentos de su Mensaje a la Tricontinental y de su diario en Bolivia.

Este recorrido desde sus escritos de juventud hasta sus últimas notas o intervenciones públicas, muestra cómo esa identificación inicial que entabla con el hombre latinoamericano, con sus formas de sentir y padecer en medio de tantas pobreza e injusticia, se desborda en un sentimiento aun mayor, lo lleva a soñar una revolución continental y a comprometerse con valores y convicciones internacionalistas que forjan su carácter y marcan el destino final de su vida.

Si repasamos estos textos, podremos constatar la importancia que el Che otorga, desde sus escritos primarios, al hombre americano, derivada en la necesidad de concebir hombres y mujeres múltiples, con identidades propias, dispuestos a emprender acciones en función del cambio social y a participar activamente en la vida política y social de América Latina; consolidándose así ese humanismo, en letras mayúsculas, que sería distintivo en el resto de su vida y obra.

Para el Che, captar en su total dimensión al hombre latinoamericano, significa pensar en un proyecto social que sostiene entre sus metas la soberanía plena, la unidad y solidaridad entre las naciones pobres y un verdadero desarrollo potencial de los pueblos de la región. De esta forma, se consolida, dentro de su sistema de pensamiento, el latinoamericanismo como elemento consustancial de su quehacer revolucionario.

Por último, ese sentimiento antiyanqui, renovado de forma definitiva tras presenciar el golpe de Estado perpetrado contra Árbenz en Guatemala con el apoyo de «Uncle Sam», se transforma y define en sus tesis antiimperialistas, en la medida en que el Che analiza la historia de violencia, penetración y deformación del sistema capitalista que para poder lograr su desarrollo y hegemonía ha tenido que sumir en pobreza perpetua a los países del Tercer Mundo. 

Este volumen refleja, en síntesis, parte de su obra. En tiempos modernos —de nuevos códigos, disputa de sentidos, guerras culturales, imposición de símbolos— en que las palabras «revolución social», «guerra de guerrillas», «antiimperialismo», «socialismo», «marxismo», son condenadas al olvido por los grandes poderes mediáticos, neoliberales y proimperialistas, es deber de los revolucionarios hacerlas renacer, rescatar su significado y traerlas a nuestro contexto.

Este libro constituye motivación, estímulo y punto de partida para jóvenes que, a cincuenta años del asesinato del Che en Bolivia, siguen creyendo en las revoluciones y profesan cada día, con ideas, y sobre todo con acciones, su profunda determinación de ser como el Che.

 

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