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La revolución negra

10 jun. 2020
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La revolución negra, de María Isabel Grau, bajo el sello editorial de Ocean Sur, forma parte de su colección “Historias desde abajo”, propone el estudio o más bien, la revisión de una de las más emblemáticas rebeliones de la historia de América: la insurrección de los negros y mulatos que abrieron paso hacia la independencia de la primera república de América, Haití.

El país caribeño constituyó la primera nación políticamente independiente de América Latina y se considera un antecedente fundamental para las revoluciones que se iniciaron a partir de 1810; sin embargo, hoy es el país más pobre del continente. Estos son los datos más relevantes que cualquier “busca rápida” podría revelar, pero, no es tan revisitada la importante revolución haitiana que se desarrolló entre 1791-1804, la cual, además, tuvo lugar durante un importante momento histórico a nivel mundial, esto es, el inicio de las relaciones sociales del capitalismo que se impondrían como dominantes alrededor del mundo.

Dicha revolución comenzó siendo una simple rebelión de esclavos que luchaban a favor de su libertad, dirigida por Toussaint Louverture y Jean-Jacques Dessalines. Posteriormente, la misma, se convirtió en una guerra por la independencia en la que el ejército popular de exesclavos venció al ejército de Napoleón Bonaparte.

Por otra parte, sufriendo disputas internas, estrangulada —económicamente hablando— y socavada por las potencias capitalistas, la llamada “primera república negra” fue hundiéndose en la miseria, la cual continúa hasta nuestros días. De ahí que, conocer el proceso de revolución de los esclavos negros de Haití supone una vital importancia para entender la actualidad de la isla. Es, por tanto, de suma relevancia, la conexión entre el proceso de expropiación que se desarrolla desde el siglo XV en adelante y la miseria actual de Haití.

Desde los tiempos de la conquista, se sufrió en la isla el exterminio de nativos, al necesitar mano de obra para la extracción de metales, piedras preciosas y el trabajo en el campo, se importó mayormente de África los esclavos necesitados. Para 1685, el estado francés, quien fuera ya dueño de la isla, decreó jurídicamente la distinción entre trabajadores, esclavos negros y el resto de la sociedad. El gobierno francés legalizó la esclavitud y creó lo que se llamó el Código Negro[1] que trata acerca de las condiciones de vida y trabajo de los esclavos. Los numerosos castigos aprobados y las normativas que se refieren a la posibilidad de los negros para formar su familia, demuestran las numerosas formas en la que los mismos sufrían a diario.

A pesar de las condiciones inhumanas de vida, de las constantes torturas y los maltratos, los esclavos lograron de alguna forma unirse para sentirse como personas, algunos formaron familias; por otra parte, otros sin miedo a la muerte, se fugaban y pasaban a ser parte de los cimarrones. Pero, lo más revelante de todo es la comunicación que establecieron, es decir, los esclavos llegaban a la colonia provenientes de cualquier parte del continente africano, con lo cual, las costumbres y sobre todo, el lenguaje, era diferente. Con el tiempo, los esclavos fueron creando su propio sistema de comunicación para poder lograr un frente unido, la mezcla de diferentes lenguas, costumbres y creencias que dio lugar a un sincretismo religioso llamado vudú[2], esta servía, además de una práctica religiosa, para camuflar las reuniones secretas de los esclavos, a la par del sonido de los tambores, en los bosques se creaban sociedades secretas y se realizaban reuniones. Fue creada, igualmente, una lengua llamada créole.[3] Esta nueva lengua no solo les permitía la unión, sino también, conspirar sin ser entendidos.

La Revolución Francesa fue el detonante para las colonias, hacia 1789 los enfrentamientos entre las diversas fracciones sociales se irían reflejando e irían repercutiendo en Haití. Frente a estos acontecimientos en Francia, la clase dominante en la isla quedó dividida en: los grandes plantadores y los ricos comerciantes y, por otro lado,  la burocracia fiel al gobierno francés.

A partir de la represión del movimiento de los mulatos en 1790, comenzaron a sucederse más revueltas y alzamientos dirigidos por mulatos y exesclavos negros, hasta que el 14 de agosto de 1791 se dio el estallido final, decenas de miles de esclavos se dispusieron a luchar con cualquier arma que tuvieran y arrasaron con la mitad de la llanura. El movimiento fue tal que, inspiró a sectores revolucionarios de negros libres y mulatos que se sumaron a la causa de los tan repudiados esclavos y lucharon por un enemigo común. Así comenzó el proceso de lucha.

La innumerable serie de testimonios que conforman este libro, explicando la revolución negra en Haití, es imposible plasmarlo en dos páginas. Se sugiere la revisión atenta del texto en cuestión para el entendimiento de semajante proceso y de su gran aporte a nuestra actualidad, así como el reconocimiento de disímiles figuras que lucharon por su libertad y que se han convertido en míticas como Mackandal.  



[1] El código se presenta en el libro como uno de los apéndices finales.

[2] Religión o práctica mágica traída de África. Se desarrolló sobre principalmente en las zonas rurales y quedó asociado a prácticas campesinas.

[3] Síntesis del francés y diferentes dialectos africanos. Se difundió sobre todo en los esclavos que vivían en las plantaciones.

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